La batalla contra la contaminación por la defensa del medio ambiente tiene infinidad de patas.
Desde los coches de combustión hasta fábricas y calefacciones, son muchas las áreas, industrias y medios de transporte que influyen en el calentamiento global. El transporte aéreo parecía estar ocupando un papel secundario en esta lucha. Hasta ahora. La democratización del transporte aéreo y la bajada generalizada de los precios de billetes de avión ha hecho que, de manera lógica, aumente el número de viajes en avión.
Lo que nos lleva a las medidas tomadas por el gobierno francés y por la aerolínea holandesa KLM.
Francia impondrá un “eco-tax” para los vuelos que salgan de sus aeropuertos
El gobierno francés ha anunciado la imposición de un impuesto para todos los vuelos que despeguen de sus aeropuertos.
La cantidad de ese impuesto dependerá del tipo de billete que se adquiera. Por ejemplo, los vuelos en clase turista dentro de Francia o del territorio europeo tendrán un incremento de 1,50€. Pero los de clase business fuera de Europa podrían subir hasta los 18€.
Este impuesto solo afectará a los vuelos que salen de territorio francés, no a los que llegan. Con esta medida se espera recoger unos 180 millones de euros hasta 2020. El dinero recaudado se invertirá en medios de transporte menos contaminantes según Elisabeth Borne, ministra de transportes en Francia.
KLM pide volar con responsabilidad
Los gobiernos y estamentos oficiales no son los únicos que están dando un toque de atención sobre este problema.
La aerolínea holandesa KLM ha lanzado una campaña en favor del medio ambiente bajo el concepto “Fly Responsibly” (vuela con responsabilidad).
La campaña anima a los viajeros a algo impensable para una aerolínea: dice a sus viajeros que vuelen menos. “¿Es necesario que esa reunión sea cara a cara? ¿No podrías hacer el viaje en tren?”.
La compañía también ha desarrollado una plataforma donde destaca todas las iniciativas que está llevando a cabo para mitigar el problema, como el desarrollo de un combustible sostenible para sus aviones o contraponer las emisiones de carbono, entre otras. Y anima a los viajeros a establecer también sus propias medidas, como por ejemplo, cargar con menos peso en los aviones, lo cual reduciría el consumo de combustible en general para la aerolínea.