México ha dado un paso más en lo que a restricciones publicitarias se refiere. Las autoridades mexicanas han empezado a limitar los anuncios de alimentos y bebidas dirigidos a niños como parte de una campaña que busca evitar la obesidad infantil en este país.
Y es que en México un tercio de los niños tiene sobrepeso y la diabetes tipo 2 afecta a buena parte de la población. Por eso Enrique Peña, presidente de México, ha presentado una nueva normativa de límites a la publicidad en televisión y salas de cine como complemento a los impuestos especiales que tienen que afrontar las marcas de snacks y bebidas azucaradas.
Así, los vendedores de chocolate, caramelos, patatas fritas y gaseosa no pueden promocionar sus productos en la franja horaria de la tarde, ni los fines de semana, en programas de televisión dirigidos a menores de 12 años. Tampoco lo pueden hacer en las pantallas de cine antes de películas infantiles. Además, a partir de enero, los anuncios de cereales azucarados, yogures, galletas y pasteles también serán bloqueados durante esos horarios.
Álvaro Pérez, comisionado de operación sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ha asegurado que "en restricciones a publicidad, somos pioneros en México”. El objetivo que se persigue es que las marcas hagan de sus productos algo más saludable. Anunciantes como Danone, Nestlé o Kellogg’s se podrían enfrentar a multas de hasta 75.000 dólares por anuncio en caso de no cumplir la nueva normativa.
Según el Wall Street Journal, los canales de televisión no han querido dar detalles del impacto financiero que podría suponer esta nueva restricción publicitaria. Y es que la publicidad genera cerca de 3.100 millones de dólares al año en México, de los cuales el 88% corresponde a publicidad en la TV de señal abierta, según el Consejo Latinoamericano de Publicidad en Multicanales.