A Madrid la hacen sus ciudadanos, pero también sus comercios, las tiendas de siempre y aquellos nuevos proyectos impulsados por emprendedores con vocación artesanal. Espacios de proximidad que hacen de la capital española un lugar de convivencia entre lo moderno y lo tradicional. 

Ahora, con las nuevas restricciones por la segunda oleada del coronavirus, los pequeños locales- que ya sufrian el impacto del confinamiento de marzo- están viendo peligrar su negocio. Por eso, la mítica pasteleria madrileña La Mallorquina- fundada en 1894- ha impulsado la campaña #SomosMadrid con la que, a través de una pieza audiovisual de 1 minuto de duración, quieren mostrar el apoyo a los comercios de la ciudad.

Esta iniciativa, ideada por Balboa Comunicación, es una de las tantas que hemos visto surgir para apoyar al comercio local a raíz de la crisis sanitaria, como la que lanzó en verano la agencia creativa Dimensión. Títulada "Billetes de aquí", la campaña consistía en que la gente escribiese el nombre de su localidad y el hashtag sobre un billete de euro.

Madrid es la vida en el mostrador

Bajo el insight que rodea a La Mallorquina, una pastelería local con más de 100 años de historia y un fuerte carácter familiar, nace #SomosMadrid. La pieza recorre las calles del centro de la capital (Sol, Ópera, la Latina...) y muestra el valor de sus tiendas y espacios.

Además del mítico establecimiento de La Mallorquina en Sol, en el anuncio aparece la librería 'Amapola' de la calle Pelayo, la floristería ‘Frasen et Lafite’, próxima a Sol, o la tienda de artesanía ‘Eturel’, en el Rastro.

“Madrid es la vida en el mostrador, locales que reciben y atienden a sus vecinos. Por ello, debemos reconocer el papel de los comerciantes y recordar a los ciudadanos que siempre nos tienen ahí”, explica Ricardo Quiroga, Director General La Mallorquina.

Así, a través de #SomosMadrid, La Mallorquina anima a los vecinos a compartir la campaña y mostrar su respaldo a los locales auténticos. Porque, como decía Joaquín Sabina, Madrid es "donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo".

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