La economía podría entrar en una fase de recesión en el recién empezado 2023, pero esa situación negativa no será duradera y, por expresarlo gráficamente, la crisis no será tan dura ni persistente como la que dio comienzo en 2008.
Esta es una de las estimaciones o predicciones que para el nuevo año hace la red social LinkedIn a través de su iniciativa “Big Ideas”, que consiste en la petición a los miembros de su red de comentaristas y creadores cualificados -los denominados Top Voices-, realizada en el mes de diciembre, de que aporten sus ideas sobre lo que traerá el año siguiente en los terrenos de la economía, el empleo otros aspectos de la vida personal y social.
El Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio y el FMI se muestran pesimistas respecto a la evolución económica en 2023
“La economía mundial está en un punto de inflexión”, señalan los redactores de LinkedIn News en la presentación de los pronósticos, y aportan como apoyo de la afirmación los siguientes apuntes: el Banco Mundial señala que Estados Unidos, China y la Eurozona, las tres principales economías del mundo, están decreciendo de forma muy apreciable; la Organización Mundial de Comercio afirma que “el panorama para 2023 se ha ensombrecido”; el Fondo Monetario Internacional, en la misma línea, apunta que “lo peor está por llegar”, y el 86% de los CEOs, de acuerdo con una encuesta de la consultora KPMG, detectan que en los próximos doce meses llegará una recesión.
“Pero bien sea debido al optimismo testarudo que se ha instalado al final de una pandemia”, dice el documento de LinkedIn, “o a una fe persistente en que los bancos centrales darán mayores facilidades al crédito, el descenso que se pronostica no será una caída en barrena”. Uno de los datos que apoya esta hipótesis está en la propia encuesta de KPMG, según la cual el 58% de los CEOs esperan que la recesión será leve y corta.
Las decisiones de los bancos a causa de la inflación
La evolución de la inflación, y las medidas más o menos restrictivas que para tratar de combatirla tomen los máximos responsables de la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y los bancos nacionales de los grandes países tendrán una gran influencia en la evolución de la economía en el presente año.
Y esa influencia no será positiva, según el destacado analista e inversor estadounidense, David Rubenstein, Cofundador y Copresidente Ejecutivo de la empresa de capital riesgo The Carlyle Group. “Como las tasas de interés están aumentando tanto”, ha declarado a LinkedIn News, “el resultado inevitable es una desaceleración del crecimiento económico. Básicamente, contemplamos una recesión en un plazo razonable”.
Las cuestiones de esa eventual recesión y de la intensidad de la misma que plantea LinkedIn han generado un notable número de reacciones y comentarios por parte de destacadas compañías y profesionales, que aportan en la red su punto de vista sobre el tema.
Una de ellas es Goldman Sachs, que aporta su punto de vista a través de su Chief Economist, Jan Hatzius. Hablando de la economía estadounidense, el profesional explica que hay un riesgo real de recesión “pero nuestro mejor pronóstico es que la evitaremos”.
Hatzius señala que el mercado estadounidense se mueve entre dos fuerzas opuestas, una positiva (la renta disponible está aumentando y la inflación moderándose) y otra negativa (las condiciones para la financiación por parte de los bancos son muy estrictas). ¿El resultado que prevé Goldman Sachs? Un crecimiento del PIB de un 1%, lo que no es mucho, pero no es una recesión. La compañía también ha publicado en Twitter la explicación de Hatzius.
KPMG aporta los datos de su encuesta global a CEOs, un estudio periódico que hace en los meses de febrero y agosto de cada año. En la última entrega, correspondiente a agosto del pasado año 2022 y algunos de cuyos datos ya se han apuntado, los directivos constataban sus temores a una recesión a corto plazo pero se mostraban confiados en poder negociar positivamente ese periodo incierto o negativo. Un 73%- porcentaje superior en 13 puntos al de febrero- se declaraban optimistas ante la situación.
Ese optimismo y esa fe en la capacidad de resiliencia de sus compañías no impide que vean la situación de manera realista: el 71% creen que la recesión impactará negativamente en los resultados de su empresa en 2023 y el 73%, que hará más difícil conseguir el crecimiento previsto para los próximos tres años. Por otra parte, las preocupaciones inmediatas más citadas por los CEOs son la fatiga pandémica y las presiones económicas (sobre todo intereses altos e inflación), citadas respectivamente por un 15% y un 14% de los encuestados.
Gregory Daco (EY): “Es muy probable que nos enfrentemos a una situación en la que el crecimiento sea menos robusto y más volátil”
Desde EY, su Chief Economist, Gregory Daco, señala. “El lema para 2023 ha de ser ‘Transformar la incertidumbre global en oportunidades’. Hemos de ser conscientes de que, de ahora en adelante, es muy probable que nos enfrentemos a una situación en la que el crecimiento sea menos robusto y más volátil; en el que la inflación tendrá un sesgo creciente, la tasa de interés no tiene pinta de volver a cero y los precios de materias primas, productos servicios y trabajo serán muy volátiles”.
Daco cree que las empresas han de estar muy atentas a los factores de inestabilidad que traigan la guerra en Ucrania, la evolución de las estrategias anti-Covid en China, lo restrictivas que sean las políticas monetarias en Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, la Eurozona y Asia, y, finalmente, a las crecientes preocupaciones acerca de la sostenibilidad de la deuda, “lo que puede limitar la capacidad de los gobiernos para estimular la actividad económica e impedirán una cierta generosidad fiscal incluso si la economía tropieza”.