¿Qué nos depara la nueva normalidad?
Esta es una pregunta que muchos se han formulado ante el proceso de desconfinamiento y el regreso a la normalidad que ya se ha puesto en marcha estos días. Un proceso, en su mayoría, marcado por la incertidumbre y el miedo a lo desconocido. Superarlo con éxito dependerá, sobre todo, de nosotros mismos.
La realidad es que somos responsables de nuestra nueva normalidad. En ello han coincidido Patricia Ramírez, psicóloga de deportistas de alto rendimiento, escritora y conferenciante, y Mario Alonso Puig, médico y especialista en gestión del estrés, autoayuda y reinvención personal. Ha sido durante una charla en directo moderada por Javier Guadiana, CEO & Founder de Reason Why, que llega tras la participación de ambos conferenciantes en Thinking Heads Virtual Summit.
El “síndrome de la cabaña”
Tras semanas de confinamiento, cientos de españoles se enfrentan con incertidumbre, miedo e incluso ansiedad a las fases de desescalada establecidas por el Gobierno. Algo que ha venido a denominarse como el “síndrome de la cabaña” y que tiene su razón de ser en la comodidad que ha encontrado el cerebro humano en la zona de confort y la forma de vida que hemos creado en los hogares.
“Hemos aprendido a estar en un lugar seguro, donde todo es predecible y está controlado. Salir a la calle representa ahora un peligro que pone en riesgo la comodidad generada. Estamos esperando a que fuera haya una seguridad absoluta, pero eso no se va a producir nunca”, sostiene Patricia.
Aprender a vivir con incertidumbre y dejar de percibir el mundo exterior como un territorio hostil será, por tanto, fundamental para recuperar poco a poco la normalidad. Mario Alonso considera que es necesario cambiar esta interpretación tomando las precauciones necesarias para que salir a la calle no sea percibido con hostilidad. “Quedarse atrapado en la zona de confort es tremendamente lesivo para el ser humano porque es antinatural. Salir de la comodidad de casa requiere valentía, pero no insensatez. La prudencia no está reñida con disfrutar del exterior”.
Hay que permitirle a la vida que tenga cierto grado de incertidumbre, porque no podemos controlarlo todo.- Patricia Ramírez
El especialista en gestión del estrés asegura que el cerebro humano, concretamente el hemisferio derecho, está especialmente preparado para lidiar con la incertidumbre a la que ahora mismo nos enfrentamos. Es la mente egoica, es decir, la asociada al ego individual, la que según Mario Alonso “quiere que permanezcamos atrapados en una caja centrando toda nuestra atención en los peligros y el riesgo que podemos encontrar en la calle”. Además, asegura que focalizar la atención en los aspectos negativos disminuye la capacidad de tomar decisiones que realmente ayuden porque se deterioran los procesos mentales.
Así, ambos profesionales coinciden en la importancia de programar y entrenar la mente para volver a encontrar la seguridad y el bienestar en el que ha sido siempre el entorno natural del ser humano. Esto, según recomiendan, puede lograrse practicando la meditación, tomando conciencia de nuestro papel en la situación y buscando intencionadamente aquello que nos hace sentir bien.
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Construir paulatinamente una nueva normalidad es responsabilidad de cada uno de nosotros. Como apunta Mario Alonso Puig, no se trata de volver al mundo que hemos dejado atrás, en el que el materialismo, el desinterés por la naturaleza y los conflictos entre personas eran la norma, sino de aprender de lo vivido para generar nuevas oportunidades. “No somos meros observadores de lo que sucede en nuestras vidas. Somos responsables y debemos tomar protagonismo para co-crear las oportunidades de curación. Pero eso no será posible si adoptamos el papel de víctimas”.
Ese nuevo escenario al que nos dirigimos requerirá grandes dosis de liderazgo, tanto social como individual. Un liderazgo que, según Patricia Ramírez, todos llevamos dentro, pues no hace falta ser influyente dentro de un grupo de personas o estar al frente de un equipo, pero sí es necesario ser líderes de nuestra propia vida. “No podemos estar esperando que alguien nos salve, a que alguien nos diga cómo, cuándo y qué hacer. Debemos tener nuestras propias ideas, argumentos e iniciativas. Y si falta motivación, se tira de responsabilidad”.
Pero, en este contexto, ¿es posible ser líder y, al mismo tiempo, liderado? La psicóloga considera ambas cosas son posibles, pues no todo el mundo tiene por qué sentirse cómodo dirigiendo grupos de personas, pero sí es necesario desarrollar procesos de influencia en uno mismo. A nivel colectivo, es necesario encontrar el equilibrio entre quienes están preparados para actuar y moverse y quienes están esperando a que les empujen y motiven.
El buen líder es aquel capaz de dejar a un lado el cortoplacismo y la búsqueda del beneficio individual para centrarse en el bien común y el impacto positivo en los demás. Lejos de hacer, liderar es tomar la decisión consciente de ser y estar en el mundo de una manera determinada. En este sentido, Mario Alonso aboga por desmitificar el concepto de líder como individuo y revalorizar el acto de liderar en sí mismo. “Uno lidera cuando se tiene una forma de ser y estar en el mundo que genera posibilidades para uno mismo y para los demás. No tiene que ver con el lugar ni la posición en la que nos encontremos. El liderazgo debe estar fuera de la esclavitud del ego”.
Hemos hecho un mundo de hacer y tener, y nos hemos olvidado de que lo esencial es el ser.- Mario Alonso Puig
Tanto Patricia como Mario Alonso coinciden en que no pueden separarse las esferas personales y profesionales del liderazgo. Esto es, no se puede distinguir a la persona del líder, pues son los valores humanos los que crean las verdaderas conexiones. “Cuando actuamos en función de lo que esperan los demás nos equivocamos y traicionamos nuestra manera de sentir. Ser auténtico, honesto y coherente con nuestra escala de valores es fundamental para liderar y tener éxito”, explica Patricia.
Dichos valores ayudarán a descubrir que detrás del dolor están la oportunidad y el crecimiento. Ante la nueva normalidad, Mario Alonso nos invita a ser exploradores y a guiarnos por nuestra intuición para buscar las oportunidades que nos está ofreciendo el nuevo escenario, sin dejarnos arrastrar por la incertidumbre y la visión negativa de las circunstancias.
Pero, para ello, debemos cambiar nuestra forma de percibir el presente contexto, algo que solo tendrá lugar si ocurren cuatro cosas:
- Ampliar el nivel de conciencia: ver las posibilidades que antes no éramos capaces de ver
- Tomar responsabilidad: no se puede esperar a la llegada de un salvador que nos rescate
- Sentir que esto es importante: hay mucho en juego. La motivación debe surgir de uno mismo
- Mantener la confianza en que, por un lado, jugamos un papel determinante en el desarrollo de las circunstancias y, por otro, el universo y la vida nos ayudarán
En la incertidumbre, el cambio es la única constante.
Liderar el futuro que deseamos y construir el nuevo escenario personal, profesional y social tras el coronavirus está en nuestras manos. Porque en la nueva normalidad, como señala Patricia, “cada uno será quien quiera ser”.