Los eventuales efectos de la reunión del Foro Económico Mundial que estos días tiene lugar en la localidad suiza de Davos, tardarán seguramente en producirse, pero la selecta convocatoria de líderes empresariales y políticos ya ha generado un resultado: la relevancia del neologismo policrisis.
La palabra, que con la celeridad propia de los tiempos se ha instalado enseguida en la conversación de los medios y las redes sociales, ha sido utilizada por el Foro en su Informe de Riesgos Globales, presentado en Davos.

En concreto, el organismo alerta de una “policrisis inminente” que afectará a todo el planeta y que se producirá por la combinación de factores como el cambio climático, el peso creciente de la inflación, la polarización política y social, las tensiones geoeconómicas y la crisis de materias primas, entre otros.

La lista de riesgos interrelacionados cuya suma provoca la denominada policrisis, cuyas consecuencias son además impredecibles, ha sido elaborada por el Foro a partir de la consulta a un grupo de 1.200 personas compuesto por expertos en riesgos, políticos y líderes empresariales.

A esta relación de problemas graves podrían añadirse cuestiones coyunturales pero de enorme calado e influencia como la guerra en Ucrania, las consecuencias de la pandemia y la crisis de suministros.

De ‘permacrisis’ a ‘policrisis’

La palabra policrisis, que ha ganado notoriedad con su aparición en el muy visible escenario de Davos, fue usada por primera vez en un artículo publicado el pasado mes de octubre en el Financial Times.
Podría ser un sustituto o un complemento de “permacrisis”, el término que el Diccionario Collins eligió como Palabra del Año en 2022 y que alude al estado de crisis permanente en que vive el planeta, pero en cualquier caso ha suscitado comentarios acerca de su pertinencia e idoneidad.

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Muchos comentarios en redes consideran, y así lo destacaba la redacción de LinkedIn News, que es un modo idóneo de describir el estado actual de las cosas, caracterizado por un conjunto de grandes problemas que se empeoran unos a otros.
Un punto de vista opuesto es le que la considera una palabra vistosa que simplifica la situación compleja que quiere describir, que apela a un estado de cosas que ha sido el habitual a lo largo de la historia del mundo o que corre el riesgo de desgastarse rápidamente y convertirse en retórica vacía de significado. Una de la voces críticas es la del periodista Gideon Rachman, principal comentarista de asuntos internacionales del Financial Times.

En España, la periodista Marta García Aller recurría asimismo a la ironía, y también al humor, en su comentario sobre policrisis en Onda Cero. Estas fueron sus palabras: “Está por ver que vaya a servir para algo esta reunión en Davos de 2.700 líderes políticos y empresariales además de para popularizar el término policrisis. Entre tanto, no puedo evitar acordarme de una canción, que no es la de Shakira (aunque no lo parezca, hay más canciones). Esta se llama ‘La vida moderna’ y dice que da igual “lo que diga la gente, le llamáis poliamor a los cuernos de siempre”. Pues lo de policrisis suena un poco así. Le llamáis policrisis al apocalipsis de siempre”.