En el sector de la Publicidad todavía se siguen viendo casos de “discriminación” por razones de sexo. Según un reciente estudio de la Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido (ONS por sus siglas en Inglés) el salario de los hombres en las agencias de publicidad es un 13% más alto que el de las mujeres.
De hecho, la remuneración/hora que reciben las mujeres inglesas ha caído ligeramente en el último año. De cada libra/hora que cobra un hombre, una mujer gana 0’86 céntimos de libra frente a los 0’89 céntimos que ganaba hace un año.
*Ojo, no quiere decir que los hombres ganen una libra/hora en Reino Unido, sino que de cada una de esas libras que reciben a lo largo de la jornada laboral las mujeres cobran un 13% menos.
Desde Talking Talent han querido profundizar un poco más en estos datos. Para ello han encuestado a más de 1.000 mujeres trabajadoras, madres incluidas, con el fin de conocer hasta qué punto las empresas del sector apoyan la progresión profesional de sus trabajadoras.
De los resultados cabe destacar que un 44% de las mujeres cree que su género ha afectado a su carrera profesional. Y es que concretamente los puestos de Publicidad, Marketing y Medios son los peor valorados por las mujeres a la hora de progresar profesionalmente. El 51% de las encuestadas admite haberse enfrentado a prejuicios y discriminación en el trabajo.
Pese a todo, también hay buenas noticias. Más de 7 de cada 10 encuestadas valorarían positivamente a su jefe por retener talento femenino en su empresa y el 71% de las madres trabajadoras se siente apoyada por sus superiores.
En cuanto a las posibles soluciones para mejorar las opiniones negativas, cabe destacar las siguientes:
- El 38% cree que una jornada laboral más flexible las animaría a progresar
- El 21% solicita más coaching y orientación para que las mujeres trabajadoras tengan éxito profesional y no se estanquen en su carrera
Y es que, como ya dijeron en el Foro Económico Mundial de Davos Christine Lagarde, directora del FMI, y Sheryl Sandberg, COO de Facebook: el papel de la mujer en puestos ejecutivos es “desgraciado pero necesario”.