Que los emojis forman parte ya, casi de manera inherente, de la propia esencia de la sociedad es una realidad innegable puesto que hemos sido testigos de cómo las compañías han apostado por esta nueva expresión del lenguaje como forma indispensable para conectar con el consumidor.
Durante los últimos meses las organizaciones han ido adaptando los emoticonos en función de su identidad corporativa y estrategia empresarial. Emojis culturales, emojis veganos, emojis eróticos, emojis como reivindicación de la identidad de un territorio y hasta emojis para denunciar la extinción de algunos animales… La diversidad de estos gráficos no deja de sorprendernos ante los constantes lanzamientos realizados por las marcas para captar al público y sumarse a una moda que ya empieza a prescindir de variantes como la innovación.
Pero en este caso, lejos de anunciar un nuevo lanzamiento, vamos a ir al principio de todo para explicar, o al menos intentarlo, las posibles cuestiones que rodean al entorno de los emojis.
¿Qué son los emojis?
Los emojis, que se crearon en Japón, son una forma fácil y sencilla de obtener una reacción de los clientes a nivel personal o emocional. Son capaces además de brindar mayor significado a un texto, lo que lleva a una conexión personal más fuerte que presentar solamente el texto en una publicación.
Público objetivo de los emojis
La generación conocida como los Millennials son individuos que sienten una gran pasión por las nuevas tecnologías. Utilizan el móvil para cualquier actividad de su día a día. Y los emojis, de manera natural, forman parte de ese lenguaje digital al que están acostumbrados por recoger un sentimiento o una idea de la manera más universal y precisa posible, donde la palabra en muchos casos, para ellos, queda exenta de ser necesaria…
Con sólo un emoticono son capaces no sólo de relacionarse con su entorno sino también de conectar con la marca incrementando a su vez el propio engagement. Una buena oportunidad que tienen las empresas para lograr contactar con la Generación Z de manera directa, tal y como lo hacen los emojis.
El uso de estos gráficos permite eliminar, además, las barreras del lenguaje y fomentar al concepto de globalización al ser capaces de comunicar un mismo sentimiento y emoción independientemente de la cultura e idioma del usuario.
Campañas de marketing basadas en emojis
El ejemplo perfecto de esta nueva vertiente en el marketing digital y su alcance lo encontramos en numerosas campañas en las que, gracias al uso de estos gráficos, los mensajes resultan más humanos.
- Oreo. Para ayudar a mejorar la comunicación entre padres e hijos, la marca lanzó una campaña en China que invitaba a los usuarios de la red social más popular del país, Wechat, a sacar fotografías junto con su familia para que crearan sus propios emojis personalizados. Esta campaña logró que se generaran más de 99 millones de emojis en 11 semanas. 10 millones fueron compartidos con amigos y familiares en WeChat.
- Peta. En una nueva campaña para proteger los derechos de los animales, la marca utilizó emojis a través de su spot “Beyond Words” para dirigirse a una generación más joven que permitiera retratar la crueldad animal de una manera impactante y contundente. Y fue un objetivo que consiguió al convertirse rápidamente en una campaña viral que fue compartida por miles de usuarios.
- RosaPark. La agencia francesa creó esta campaña para la ONG Innocence en Danger, sobre la prevención del abuso infantil, en la que muestra a supuestos abusadores transformados en iconos de WhatsApp. El eslogan de la campaña es: ¿Quién está realmente chateando con tu hijo?
Estas son tan sólo algunas de las campañas de todas las que podemos encontrar a día de hoy. La “caquita” de WhatsApp que lucha contra el cáncer de colon o los emojis personalizados de Ikea son otros ejemplos de lo que podemos encontrar hoy en día.
¿Qué empresa será la siguiente en apostar por los emojis? Hace unos días Domino´s anunciaba que ya se pueden realizar pedidos tuiteando el Emoji de la pizza... ¡La veda está abierta!