La vida en las ciudades durante los próximos años se verá profundamente afectada por multitud de factores: el aumento de la población, las ciudades inteligentes o la diversidad cultural, entre otros.
El nuevo informe de Havas Group, “Nuevas ciudades, nuevas vidas”, examina en profundidad el predecible giro que se producirá hacia una vida más urbana en los próximos 20 años. Para el año 2050, dos tercios de la población mundial vivirán en ciudades. Una cifra considerable si lo comparamos con el 55% de 2018.
El estudio de Havas resalta la dicotomía global de la vida en la ciudad: todos los beneficios que conlleva, pero al mismo tiempo la lucha diaria que acarrea.
El atractivo de las ciudades es real
Queda claro que las ciudades ofrecen más oportunidades para progresar en general, así como acceso a servicios o aceptación social. Por eso casi la mitad de los encuestados respondieron que preferirían vivir en una ciudad para tener una oportunidad real de avanzar.
La soledad continúa siendo un problema
Aunque las poblaciones son más densas, el informe muestra que la mayor parte de los ciudadanos se sienten más desconectados cuando viven en la ciudad.
El 58% de los habitantes de ciudad respondieron que era demasiado impersonal y que no proporciona un sentido real de comunidad. Y, a medida que las ciudades continúen creciendo, esa sensación probablemente seguirá aumentando.
La gente quiere flexibilidad
Seis de cada diez prosumers encuestados estarían dispuestos a aceptar un salario más bajo si eso significa que puedan trabajar desde casa. Unos 3 de cada 4 opinan que para el año 2050 la mayoría de las compañías permitirán a los empleados trabajar remotamente, más de lo que lo hacen a día de hoy.
Manda la comunidad
Tanto los millennials como la Generación X y los Baby Boomers, todos ellos indicaron que su comunidad ideal sería diversa, y estaría formada por personas con todo tipo de historias.
Sin embargo incluso las ciudades más diversas con frecuencia están divididas por antecedentes culturales, de razas, nivel de ingresos, y otras características demográficas. Un hecho contra el que ya están luchando muchas marcas.
Hay una fina línea entre las ciudades inteligentes y la distopía
Los encuestados están emocionados viendo la llegada de las ciudades inteligentes, pero son cautelosos, ya que también se preguntan cómo esto impactará en la privacidad de cada uno a nivel individual.
Las marcas necesitan convertirse en héroes
Las compañías tienen que encontrar el punto medio a la hora de liderar el cambio necesario, adoptando su papel correspondiente en el crecimiento y evolución de las ciudades. La homogeneización cultural se ha convertido en un hecho en las ciudades, hasta el punto que esa igualdad y homogeneización repercute negativamente en la vida urbana que una vez era tan deseable.
Por eso las marcas tienen una oportunidad única para liderar este cambio, haciendo las ciudades más amables, sostenibles y satisfactorias.