Ropa y accesorios conectados a Internet y teléfonos móviles implantables son sólo algunos de los avances que hoy en día podemos percibir como futuristas. Aunque no es un futuro tan alejado como podemos llegar a imaginar.
De hecho los directivos reunidos en el Foro Económico Mundial, o Foro de Davos, que está teniendo lugar esta semana, coinciden en que tecnología e inteligencia artificial son avances que permitirán la entrada a la era de la robótica avanzada. Una era que podría tener lugar en 2025 y en la que entes pensantes creados por el ser humano podrían estar “sentados” en las juntas directivas de las empresas.
La “Cuarta Revolución Industrial”
Tras unas décadas marcadas por el desarrollo de las TIC y la producción en masa, los directivos reunidos en el Foro de Davos aseguran que estos avances constituirán un nuevo ciclo de innovación que transformará las compañías y la economía a nivel mundial.
Motivo por el que han llamado a esta era la “Cuarta Revolución Industrial”.
La transformación vendrá acompañada de una nueva ola de crecimiento económico, aunque también de algunos obstáculos tales como el desempleo y el aumento de la desconfianza ya existente entre personas y empresas.
Aunque “la pregunta es cómo se repartirá entre países y personas de diferentes estratos sociales”, asegura el Chief Executive de Microsoft, Satya Nadella, refiriéndose a los beneficios y el impacto que la tecnología puede tener según la región y la situación de cada cual.
¿Bueno o malo?
Un informe presentado en el Foro de Davos y realizado por UBS predice que los niveles extremos de automatización y conectividad acusarán las diferencias y la desigualdad entre las economías desarrolladas y las no desarrolladas.
Tal y como afirma Luftey Siddigi, Global Head of Emerging Markets y FX, Rates and Credits de UBS , “la cuarta revolución industrial ha invertido potencialmente la ventaja competitiva que los mercados emergentes han tenido en la mano de obra de bajo coste”.
Lo que, en su opinión, “exacerba la desigualdad, si no se toman medidas políticas”.
Aunque a un nivel empresarial también habrá consecuencias. En el Foro de Davos se han podido ver algunos ejemplos. La CEO de General Motors, Mary Barra, ha puesto sobre la mesa el reto de los coches automatizados para su sector, y Jamie Dimon, el directivo de JPMorgan Chase, la competencia de las start-ups digitales de financiación.
No obstante, y tal y como afirmó el visionario Federico Pistono en la ponencia que ofreció en Barcelona el año pasado, la transformación tecnológica no tiene por qué ser negativa.
Podría desembocar en una modificación total de la economía y el modo de vida de las personas, llevando al mundo a un modelo denominado “Star Trek Economy”.
Lo que es innegable, es que “Estamos en la ola del cambio, y no podemos volver atrás”.