La secuestradora se llama Brittany Nun y se llevó a sus dos hijas de 4 y 6 años de Colorado a México, después de perder la batalla legal por su custodia. Tenía un cómplice: Peter Barr, su pareja sentimental.
El padre de las niñas y el resto de la familia no tenía ni la más remota idea de dónde podía haberse llevado la pareja a sus hijas. Aunque, tras varios meses sin pistas, la Policía de Colorado consiguió encontrarlas. No fue ni un testigo, ni un seguimiento de los movimientos bancarios lo que hizo efectivo el rescate. Fue una cuenta de Spotify.
Y es que el investigador que hizo posible este rescate, Drew Weber, solicitó una orden de registro para conseguir información sobre la cuenta de Spotify de Brittany Nunn, según explica el diario Coloradoan. La actividad que había sido registrada en su cuenta la situaba en una IP localizada en México, por lo que la policía de Colorado pudo encontrarla. Además el FBI y otras agencias también tuvieron que intervenir en el asunto. Trabajaron con el consulado mexicano para llevar a cabo su detención, porque el cambiar de país requería una orden de extradición y una investigación minuciosa por parte del FBI.
No obstante, Weber también solicitó información sobre sus cuentas en diferentes servicios, como es el caso de Netflix. Gracias a ello pudo dar con un paquete que iba a ser entregado en una dirección de Cabo San Lucas.
El doble filo de la privacidad
De este caso se pueden sacar muchas conclusiones y opiniones, tanto positivas como negativas. En el lado positivo, el uso de aplicaciones y la rapidez con la que evolucionan las nuevas tecnologías proporcionan valiosas herramientas para situaciones que no se habían planteado nunca. Como por ejemplo, un secuestro. Si la actividad en la cuenta de Spotify no hubiese sido rastreada, nunca hubieran podido dar con el paradero de Nun y sus hijas.
Pero, por otra parte, Spotify y Netflix no publican informes de transparencia en relación a las solicitudes de información de las diferentes compañías y agencias de seguridad, a diferencia de Google, Facebook o Twitter. El debate en torno a la privacidad comienza al tiempo que lo hace la monitorización de todos los servicios que acceden a Internet.
En este sentido, Google ya ha mostrado su preocupación. En opinión de Richard Salgado, Law Enforcement and Information Security de Google, el Congreso de Estados Unidos debería actualizar la Ley de Privacidad en las Comunicaciones Electrónicas (ECPA), para que sea necesaria una orden de búsqueda antes de solicitar información sobre los usuarios. Algo similar a obtener una orden de registro previa a rebuscar en cualquier domicilio. Y aunque en el caso de Weber esta orden de registro fue solicitada, son muchas las empresas y agencias que tienen acceso a información sobre los perfiles de los usuarios sin que éstos lo sepan.