...El error de una creativa que dejó una gran compañía para montar su propia agencia de innovación. Una agencia que, como casi todo lo que nos inspira futuro y modernidad, tenía su nombre en inglés: The Inn.
Y decimos tenía porque el nombre cambió cuando un trabajador de una multinacional, por error, lo escribió así:
En la foto vemos a la propia “madre de la criatura”, Eva Álvarez, contando cómo ese error, la llevó a crear lo que realmente había querido durante años: una escuela creativa para no creativos. Y del error, nació también el nombre: “The Misstake".
Misstake parte de la idea de que todos llevamos a un creativo dentro. Lo que pretende es ayudar a desarrollar esas capacidades creativas, a veces un tanto dormidas, en cualquier tipo de profesional. Sea del sector que sea.
Y, ¿por qué le puede interesar a un ingeniero aprender a desarrollar su creatividad?
Según Eva, porque:
- Las capacidades humanas son las que aportan un valor diferencial como profesionales una vez que la tecnología ha avanzado tanto
- En cualquier tipo de profesión “tenemos que aprender a generar ideas para detectar nuevas oportunidades de negocio”
Para enseñar a crear, mejorar y reinventar, Eva ha fichado a psicólogos, especialistas en innovación, creadores de contenidos, creativos publicitarios y expertos en digital. Ellos son los “entrenadores”, que no profesores, de Misstake.
Se encargan, entre otras cosas, de enseñar a los alumnos a usar sus herramientas habituales de trabajo, como esta cuchara…
…de una manera diferente.
“Si siempre usas la cuchara (el mail, las reuniones....) de la misma manera, el resultado será siempre idéntico. La creatividad nos enseña a darle un nuevo uso a las cosas”, argumenta Eva Álvarez.
Misstake ha puesto en marcha diversos bootcamps creativos que se pueden cursar en el centro de Madrid. Todos siguen el “método del caso”, o lo que es lo mismo, plantean un reto que hay que enfrentar desde el principio hasta el final con el objetivo de ver el resultado. Todas las ideas que se generan en ese curso eninentemente práctico se donan a distintas ONGs.
Los cursos empiezan en octubre y, en honor al nombre de la escuela, la presentación estuvo plagada de errores (tecnológicos). Pero nada que no se pudiese salvar con una buena dosis de creatividad.