Es indudable que el sueño influye en el desempeño diario de las personas. De hecho, los profesionales de éxito aseguran que el triunfo está muy ligado a los hábitos de descanso.
Sin embargo, la creciente dependencia tecnológica se ha convertido en enemiga declarada del descanso. Así lo recoge la última encuesta realizada por la National Sleep Foundation, que destaca que el 63% de los participantes no duerme lo suficiente.
La entidad achaca esta cifra al uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse. Y es que, según se desprende del estudio, el uso nocturno de estos gadgets favorece el insomnio y modifica los ciclos de sueño.
En otras palabras, la conciliación del sueño es un problema para el 60% de la población de entre 13 y 64 años. Y el 95% de los entrevistados reconoce que consulta su smartphone o tablet antes de acostarse.
Y es que el problema radica en la luz que emiten estas pantallas. Así lo confirma el Lighting Research Centre, que asegura que la iluminación de estos dispositivos inhibe la secreción de melatonina, la hormona que regula los ritmos circadianos.
Y la solución al problema pasa por modificar los hábitos tecnológicos. El 95% de los usuarios de 18-29 años se acuesta con el teléfono al lado, y el 25% no lo silencia, lo que favorece que el sonido le despierte en mitad de la noche.
Remplazar la tecnología por lectura favorece el descanso. Escribir en un diario y escuchar música relajante también contribuyen a acabar con las noches en vela.