Turismo de surf: el equilibrio entre el beneficio y la sostenibilidad

  • Este deporte moverá 4.600 millones de dólares en 2026 siguiendo una hoja de ruta que respeta el medio ambiente
  • Organizaciones de surfistas trabajan para conseguir el difícil equilibrio entre rendimiento económico y sostenibilidad
Turismo de surf: el equilibrio entre el beneficio y la sostenibilidad

El turismo deportivo está cobrando cada vez más importancia en la demanda vacacional, bien como alternativa o como eje central de la planificación. Entronca directamente con los cambios de hábitos de la población. Este interés, traducido en datos, ha conseguido que el desembolso realizado por turistas españoles y extranjeros que viajaron a nuestro país por motivos deportivos se elevase a 5.553,9 millones de euros en 2022, más del doble que el año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Dentro de la amplia oferta del turismo deportivo, uno de los que más crece es el relacionado con actividades marítimas, en especial, el del surf. Como valor añadido, este subsector ha tomado conciencia ambiental para conseguir uno de los equilibrios más complicados: beneficio y sostenibilidad. Complejo, a pesar de que la Organización Mundial de Turismo considera que uno de los elementos fundamentales para desarrollar el turismo es “dar un uso óptimo a los recursos medioambientales”.

España, a la vanguardia del turismo de surf

En el fondo de la cuestión subyace que la sostenibilidad trae consigo un turismo más duradero. El principal reclamo para los visitantes son los paisajes, pero resultan la parte más débil. La construcción de infraestructuras o la contaminación impactan directamente sobre el entorno. En el caso del turismo de surf, la protección de los recursos naturales es crucial, puesto que los que lo practican buscan territorios vírgenes y condiciones que solo se mantendrán con el paso del tiempo si existe un disfrute ecológico.

El surf lleva implícita una filosofía de vida que conlleva el respeto por la naturaleza, así como el equilibrio de los ecosistemas marinos y costeros. De esto han sabido aprovecharse destinos como Portugal, Haití o Panamá, mientras que en España han crecido las visitas a Cádiz, Canarias, Galicia y, sobre todo, a Euskadi, convertida en uno de los epicentros del turismo de surf con 20.000 visitantes anuales.

La estrategia vasca ha venido acompañada de desarrollos industriales propios. Así, por ejemplo, la Mondragon Unibertsitatea ha desarrollado una programas de formación enfocados a la creación y desarrollo de empresas de surf. Esta modalidad, de acuerdo a los datos turísticos de la comunidad, aporta más de seis millones de euros al PIB regional y da trabajo a cerca de 1.000 personas.

Los beneficios y retos del surf en los países en desarrollo

Es decir, detrás de la apuesta del turismo de surf hay una estrategia coordinada que parte del propio origen de esta corriente. Desde que en la década de los 60, cuando empieza a popularizarse esta práctica deportiva con viajes de por medio, las principales asociaciones de los territorios que la impulsaron se organizaron para acabar creando la Sufrider Foundation. Esta entidad, que llega a todos los continentes, tomó forma en 1984, cuando los surfistas decidieron ser parte activa de la protección de los entornos que visitaban.

Esta asociación sin ánimo de lucro ha liderado desde entonces acciones para proteger los litorales. La delegación europea empezó su actividad en 1990 en Biarritz, localidad del País Vasco francés. En la actualidad suma más de 40.000 colaboradores en toda Europa. Pero donde el turismo de surf asume mayores retos en materia de sostenibilidad es en países como Papúa Nueva Guinea o Haití.

Ahí, de acuerdo a investigaciones como la realizada por Valentina Robledo en la revista de investigación Alba Sud, la insuficiencia de agua ha llevado a algunas localidades a tener que hacer una mezcla de agua salada para satisfacer las necesidades de la población. Y esto se debe en parte a que los sistemas de gestión para abastecer a los turistas de surf son precarios. 

Sin embargo, esta misma autora recoge un compendio de beneficios que reporta el turismo de surf a diferencia de otras modalidades. Por ejemplo, en islas como la portuguesa Madeira, contribuye a que existan visitantes durante toda las épocas del año, reforzando la economía local. Esto termina redundando en la creación de infraestructuras que ayudan a mejorar las zonas que reciben visitantes, donde se incentiva un estilo de vida saludable del que acaba beneficiándose la población local.

JJOO y protección institucional de los espacios del surf

Cabe recordar que el surf se estrenó como deporte olímpico en los Juegos Olímpicos de Tokio, lo que ha provocado un aumento de la práctica. De acuerdo a un informe publicado por Global Industry Analyst, en 2026 el surf moverá 4.600 millones de dólares a nivel global, algo de lo que se verá beneficiada la industria que se dedica a la fabricación de tablas y demás equipamiento. 

Los beneficios del turismo de surf han hecho que las propias instituciones locales se involucren en la protección de los espacios que se utilizan para esta práctica. En el pueblo costero de Lobitos (Perú), hace casi una década que se aprobó la Ley de Rompientes con la que se otorga la protección legal de las olas, restringiendo actividades e infraestructuras de explotación de gas o petróleo. Fue una medida pionera que convirtió al país latinoamericano en el primero que protegió las olas como recursos natural y nacional.

El estudio de impacto en esta región está recogido por Surfonomics, que implica a una docena de sitios en todo el mundo, entre ellos Mundaka, en España, además de Ulawatu o Bali, en Indonesia. Porque tener paisajes y mares más cuidados repercuta en el beneficio colectivo de los surfistas y de los habitantes que los reciben. "Las olas naturales dependen de las propiedades geofísicas únicas del fondo marino, que incluyen estos ecosistemas", asegura Christel Scheske, coordinadora de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental. Un reto doble, económico y natural, con el que el surf lidia dispuesto a encontrar el ansiado equilibrio.