
Brainstorming
Técnica de grupo ideada en la década de los ’50 por el publicitario Osborn.
Su desarrollo consiste en la reunión de un grupo de personas con el fin de encontrar una solución a un problema a partir de las ideas que aportan todos los participantes. En castellano esta técnica es conocida como tormenta de ideas y, como su propio nombre indica, consiste en que cada miembro del grupo diga las ideas que se le pasan por la mente sin pensar, con tal de intentar sacar algo productivo y útil de todas las ideas que hayan propuesto todos los participantes.
Es un método creativo muy utilizado y productivo, pues en una reunión de mentes es relativamente sencillo que alguna idea buena termine saliendo. Sin embargo, para llegar a la idea buena o a la idea que sea la clave para desarrollar la idea principal, cabe crear una extensa lista de propuestas espontáneas.
La peculiaridad de esta técnica es el hecho de aportar todo tipo de soluciones, por muy descabelladas o improductivas que parezcan, sin invalidar ni menospreciar ninguna y al final hacer una selección y tan sólo contar con las mejores ideas. La clave es la asociación y la relación de ideas: de dos ideas mediocres puede salir una idea genial.
Dentro del brainstorming no se valora ninguna idea hasta que éste haya concluido; las propuestas se apuntan en un papel y finalmente se dará paso a analizarlas, contrastarlas y sacar la mejor o las mejores. Esto sirve de gran ayuda para mantener a los empleados motivados y que se sientan valorados dentro de la empresa, aceptando sus ideas además de explotar la creatividad de cada uno en un entorno relajado e informal.