Esto es una historia real. Quiero hablaros de un chico que un día me inspiró. Un chico de barrio en un grupo de chavales de entre 17 y 20 años en un barrio al sur de Madrid. Las bromas, la risas y el meterse unos con otros es el pan de cada día en estas edades y estos ambientes. Bien, esta persona de la que os hablo era claramente la persona con la que más se metía todo el grupo. Muy fuera de lo normal en muchos aspectos. Nunca tuvo éxito ni interés por los estudios, no tenía don de palabra, ni don de gentes, ni un aspecto muy saludable, ni una gran visión o inteligencia que demostrara en algo tangible. Realmente era un tipo peculiar.
Pese a toda esa presión social en su entorno y la crueldad asociada a ello, en esa época él ya estaba pensando en otra cosa: en emprender, en buscarse la vida por sí mismo. Y no estamos hablando de cualquier "currillo" para salir adelante. Él quería ganar dinero. Insisto, a ojos de los demás, era todo lo contrario a lo que entendemos por un posible emprendedor de éxito. Emprendió muchos negocios diferentes. Siempre le fueron bien. Siempre los arruinó. Ahora sigue con ello y lo último que se de él es que, de momento, este que tiene ahora lo mantiene abierto. Estos son los tres aprendizajes sobre voluntad que he aprendido de él...
Aprovecha tus momentos de necesidad
Nunca desaproveches una situación de necesidad porque es una gran oportunidad para crear algo nuevo. Cuando no tienes nada y tienes pocos recursos, la necesidad te lleva obligatoriamente a tener que crear. Estés en la situación que estés y seas quien seas, tengas la formación o recursos necesarios o no. A veces nos empeñamos en dotarnos del máximo conocimiento y en el estudio, intentamos llenar esos vacíos que pensamos que tenemos y esto nos paraliza. Como no sé hacer algo, no lo hago hasta que aprenda. En una situación de necesidad, no te queda más remedio que hacerlo, sepas o no.
En una situación de necesidad es cuando más se puede aprender haciendo
En una situación de necesidad es cuando más se puede aprender haciendo. En este momento cuando nuestro instinto de supervivencia agudiza nuestra creatividad para salir adelante, se produce una fuerte conexión con lo más primario de nosotros y sacamos la genialidad que todos llevamos dentro para para construir algo bueno en nuestras vidas.
Por lo tanto nunca, nunca desaproveches una mala situación para construir algo potente. Ese será tu punto de inflexión para encontrar el camino que te ayude a obtener éxito.
Haz las cosas por el simple placer de hacerlas
Deja de tener que demostrarte a ti mismo o a los demás que puedes o no puedes hacer algo. Lo que sabes o lo que no sabes. Simplemente ponte a hacer las cosas y hazlo por placer. Abraza y aprecia la ignorancia del camino que tienes por delante porque es la forma más cercana de ser espontáneo, de actuar con naturalidad y sin miedo.
El no saber sobre algo nos lleva a querer aprender sin condicionamientos mentales. Son momentos donde estamos limpios de juicios ante lo desconocido y en los que podemos simplemente ser y actuar tal como somos. Aprende, ten inquietud por cultivar, pero cuando aprendas, toma conciencia de lo aprendido y recuerda siempre esa sensación de ingenuidad del inicio. ¿Cómo actuabas cuando no sabías esto que has aprendido?
Usa tu nuevo conocimiento y la inocencia que tenías al principio del camino para avanzar sin miedo. Muchas veces el tener muy presente nuestras capacidades y limitaciones puede bloquearnos. La sensación de no saber hacer algo nos puede bloquear para actuar, pero esta sensación también puedes usarla como liberación sabiendo que no tienes nada que perder y, sin embargo, tienes mucho conocimiento que ganar.
¿Por qué no construir sin pensar en nada? Simplemente construye por el placer de construir y avanzar.
El equilibrio está en lo adecuado
Encuentra la mezcla entre saber lo suficiente sobre algo pero sin saber demasiadas cosas que te enreden en apegos, detalles y condicionamientos mentales. Lo que necesites para avanzar.
No busques siempre lo mejor, busca lo adecuado
Busca lo adecuado, lo que te sirva para seguir avanzando, lo que funcione y signifique progreso, no busques siempre lo mejor. Buscar lo mejor significa que en tu mente ya has juzgado y evaluado lo que buscas en comparación con un ideal mental o con otra cosa y, por lo tanto, ya esta condicionado. Ya actúas para conseguir algo en base a algo. Ya hay cotas y límites alrededor que evalúan y condicionan lo bueno o malo de lo que estás haciendo y eso te frena. Rompe tu ideal, tu esquema mental sobre lo que tienen que ser las cosas, tus estándares de calidad. Prueba a crear por crear, sin expectativas de dónde quieres llegar y encontrarás sorprendentes resultados y verdadera innovación en tu vida y en tu trabajo.
Confía en tu instinto. Confía en el proceso. Descubre el camino. Deja que cada paso te sorprenda. Ten siempre un camino infinito para que cuando mires atrás puedas ver lo lejos que has llegado.
De aquel chico de barrio he aprendido lo que es la voluntad, la voluntad por encima de todo.
"Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad".- Albert Einstein.