Esa expresión popular que habla de los “juguetes de toda la vida” cobra mucho significado cuando la aplicamos a marcas como Lego. Y es que el icónico brick (o ladrillo) de la mayor empresa de juguetes del mundo acaba de cumplir 60 años.
El origen del ladrillo de LEGO
Lo lanzó el CEO de la compañía, el danés Ole Kirk Kristiansen, en 1958 y partía de una idea muy sencilla: incorporar tubos dentro de un bloque de plástico para que los niños pudiesen jugar usando la imaginación como único límite. “El juego LEGO está potenciado por la imaginación y la curiosidad, y el brick es un pilar fundamental para esto. Ayuda a que las mentes jóvenes permanezcan abiertas, sigan explorando y desarrollando habilidades imprescindibles para el siglo XXI como la creatividad, la colaboración y la resolución de problemas”, ha explicado Julia Goldin, Jefa de Marketing de Grupo Lego.
Curiosidades
En los inicios, el ladrillo sólo estaba disponible en en 5 colores: blanco, rojo, amarillo, azul y verde. Seis décadas después, hay ladrillos de más de 60 colores distintos y la gran ventaja es que, gracias a su diseño único, los bricks de hoy encajan perfectamente con los fabricados hace 60 años. Una muestra de la atemporalidad y supervivencia en el tiempo de este juguete que ha pasado de generación en generación y sigue estando de actualidad.
Llaman la atención también datos como estos:
- Uniendo 40.000 millones de ladrillos Lego, llegaríamos a la luna
- Seis bricks Lego de “2x4” se pueden combinar en más de 915 millones maneras distintas
- Los moldes utilizados en la producción de los elementos Lego tienen una precisión de 4 mm/0.004 mm, menos que el grosor de un cabello.
- Hay más de 3.700 piezas Lego (incluidos todos los tipos de bricks y otros elementos)
De nuevo, Lego demuestra que, en el juego, la imaginación es el único límite y que además sigue siendo "el juguete de toda la vida".