La transparencia tampoco salva a McDonald’s

En los últimos años McDonald’s se ha encomendado a la transparencia como reclamo de ventas. Una estrategia que ha dejado clara con la publicación de vídeos en los que muestra el proceso de elaboración de sus menús en un intento por certificar la calidad de sus productos.

Así lo hizo, por ejemplo, el pasado octubre con motivo del Día Internacional de la Hamburguesa con queso. En esta ocasión, McDonald’s Australia explicó tanto la procedencia de los ingredientes como la elaboración de su Cheeseburger a través de este vídeo.

La acción, que se enmarca dentro de la campaña ‘Your Questions’, también llegó a Canadá, donde la multinacional aclaró cómo se elaboran sus clásicos McNuggets y por qué adoptan esa forma tan característica.

El vídeo ilustra todos los pasos que recorre el pollo desde que se deshuesa hasta que finalmente se cocina en la freidora y se sirve en sus restaurantes.

Y continuó con el McCafé:

Las patatas fritas:

El McRib:

Y la codiciada salsa de su Big Mac:

Toda una colección de vídeos encaminados a generar engagement y estimular las ventas. Un propósito que la cadena de comida rápida no ha visto satisfecho, pese al intento de mostrar sus instalaciones y dar a conocer públicamente sus dinámicas de trabajo.

En este sentido, ni siquiera la transparencia ha logrado amortiguar el desplome en las ventas, que roza el 21% y que ya ha precipitado el cese de su CEO, Don Thompson, lastrado por las pérdidas de los últimos meses.

Mientras tanto, McDonald's apura su ingenio en su intento por volver a tener la notoriedad que necesita para encauzar su recuperación. Su idea de subastar los botes de salsa Big Mac podría ayudarle a ganar reconocimiento, si bien es cierto que como acción social resulta un tanto extraña al ofrecer un mismo producto en dos formatos diferentes y con precios totalmente dispares.

McDonald’s España no se ha pronunciado sobre este tema al considerar que se trata de“asuntos que atañen a otros países” y, por lo tanto, “no son de aplicación en el nuestro”.

La filial argumenta que “no procede” hacer ningún comentario porque “desconocemos la realidad y las decisiones de otros países”.