La evolución de la tecnología nos ha traído a una era de examen continuo en la que esperamos recibir constantemente recomendaciones de los demás. Son los famosos “me gusta” de las redes sociales, pero ¿qué pasa cuando recibimos menos de los que esperábamos?
De la influencia de la tecnología sobre la autoestima de las personas ha hablado Laura Riestra, Directora de Investigación de Arena Media Madrid, en su intervención durante la VI edición de Arena Media Tech&Trends “R E C O N F I G U R A D O S: Procesando una nueva versión del ser humano”.
“Necesitamos sentirnos constantemente aceptados, reconocidos y valorados”, ha asegurado Laura. Algo que, como es lógico, tiene su parte positiva y su impacto negativo.
Por un lado, según el relato de la Directora de Investigación de Arena Media Madrid, Internet nos ha puesto al alcance de la mano las herramientas para poder aprender y desarrollarnos como personas y profesionales. Es el caso de Lucía Sánchez, una desarrolladora española, CEO de Unicorn Gamer, que asegura haber aprendido todo lo que sabe de programación de información que ha ido encontrando online.
La realidad virtual también nos ha brindado la posibilidad de tratar ciertos miedos o fobias gracias a este tipo de terapias como es el caso del pánico a volar, por ejemplo.
Empresas como Amazon y Kia usan ya sensores para detectar el estado emocional de sus clientes y adaptar el interior del vehículo, en el caso de Kia, al estado emocional del conductor en cada momento.
Sin embargo, la cultura del like en Internet ha provocado escenas tan rocambolescas como la de la influencer rusa @fitness_mama haciéndose una foto en las calles de Barcelona durante los disturbios tras la sentencia del procés.
En este lado negativo del impacto de la tecnología sobre la autoestima están temas tan graves, ha recordado Laura, como la adicción digital, la pérdida de credibilidad, el no saber distinguir lo que es real de lo que no lo es, el acoso, etc. “Quizás estamos perdiendo ciertos valores debido a esa necesidad constante que tenemos de recibir una recompensa y una valoración”, ha apuntado Laura Riestra.
Sin embargo, ha recordado que ya existen iniciativas para corregir este tipo de impactos negativos sobre la autoestima. Algunas de ellas proceden de las propias redes sociales como es el caso de Instagram y su política para ocultar el número de me gusta o YouTube que advierte de cuándo se está consumiendo demasiado contenido continuo y se necesita descansar.
Haciendo balance de todo lo expuesto, Laura ha invitado al auditorio de Arena Tech&Trends a quedarse con la parte positiva de la evolución tecnológica “porque pesa más que la negativa”. Se refiere a esa parte de la eliminación de barreras geográficas, psicológicas, del acceso a la información y mejora de la autoestima. La parte de la tecnología como proveedora de libertad porque, al fin y al cabo, “en Internet podemos ser nosotros mismos o todo lo contrario”, ha concluido.
