Llevamos meses detectando una tendencia social hasta ahora desconocida: los vídeos de gatos se han convertido en el fenómeno viral de la segunda década del año 2000. Como una especie de fiebre, que sube de temperatura sobre todo si nos vamos a EEUU, YouTube se ha ido llenando de piezas audiovisuales muy variopintas pero con un factor común: un gato como protagonista. “The Internet is for cats!”, dice la gente...
Y, ¿por qué no lo acabamos de pillar? Pues por vídeos como éste, que tiene casi 100 millones de reproducciones en YouTube. ¡Pero si es una tostada con mermelada de fresa! ¡Y dura 10 horas sin cambiar absolutamente NADA!
Desde luego que los 562.000 resultados de YouTube al buscar “Nyan Cat” dan qué pensar. ¿Qué pasa con los gatos? Pues bien, analizando el fenómeno hemos podido desglosar algunos motivos por los que la gente puede pasar una tarde entera en su casa viendo vídeos de felinos o, en su defecto, pueden reírse durante 10 minutos con imágenes como éstas:
El Walker Arts Center de Minneapolis convocó recientemente el primer festival dedicado a vídeos de gatos para hallar el mejor. Los jueces determinaron que Henri 2, Paw de Deux era el que más merecía tal reconocimiento de entre 10 mil vídeos participantes. Belinda Lorenzana explicaba el porqué en Monkeyzen:
“Muestra una perspectiva menos vista y huye de la representación del gato como un ser que echa maromas y brinca frente a la cámara. Y resulta muy gracioso también, pero el punto de vista existencialista del personaje se parece mucho más al temperamento de la mayoría de los gatos que conozco. Ustedes saben, esos aires de superioridad, esa expresión de seres incomprendidos que también son adorables y que asumen su encanto como una cruz que hay que cargar. Todo está bien hecho. Por otra parte, el vídeo se burla de esta estética azotada que vemos en algunos exponentes de la cinematografía europea. Funciona en todos los sentidos”.
Traducción: “Estamos hasta las narices de vídeos de gatos haciendo el imbécil, que están muy bien y hacen gracia, pero ya cansan. Los gatos son unos seres vivos rancios y estirados, y así es como deberían mostrarse en los vídeos de YouTube”.
Conclusión: la gente ve vídeos de gatos porque en ellos se muestran adorables, graciosos o entrañables: nada que ver con lo que son los gatos en la realidad. Pero luego resulta que el primer festival dedicado a vídeos de felinos lo gana uno que muestra todo lo contrario y refleja al gato tal y como es en la realidad. Interesante cuestión... Sigamos analizando.
Parece que todo comenzó cerca de 2006, año en el que se desató el furor por todo lo que tuviera que ver con los LOLCats. El lenguaje del LOLcat consiste básicamente en imágenes felinas graciosas, ingenuas y con espantosa ortografía. Es como el fenómeno de los famosos MEMES. Como un “Ola ke ase?”, pero de gatos.
I Can Has Cheezburger está considerada como la catedral de esta corriente... Es cada vez más común que veamos esta clase de expresiones y retratos, con letras intercambiadas y conjugaciones extrañas en las redes sociales más utilizadas, como Facebook o Twitter. ¿Ejemplos de este lenguaje del LOLcat? Aquí tenéis varios en inglés:
EXPN. KTHX: Expand
FOLLOWIN: Following
FIN FRIENDS: Find Friends
LANGUUJ: Language
MOAR: More
TWITTR: Twitter
VIEW SUMMARY. KTHXBYE!: View Summary
Nota mental: internet está haciendo mucho daño. Porque hasta aquí no hay de qué preocuparse. El que quiera que se una a esta corriente y el que no que vea vídeos de otra cosa. Pero el problema viene cuando todo este furor por los gatos empieza a extenderse a otros campos, como el del arte. Obras de arte, o intentos de ellas, con felinos como protagonistas. Una locura, como ésta. ¿50 dólares? ¿What?
En su día no entendimos la versión de Lory Money, el del “Ola k ase?”, para 100 Montaditos desde el punto de vista publicitario. Pero al menos los gatos no han contaminado todavía al sector y podemos seguir viendo spots buenos, con gatos, pero BUENOS. Como éste:
UN MOMENTO... ¿O sí han contaminado al sector?
Lo del spot de este gimnasio es de juzgado de guardia. Es más, lo he visto unas 50 veces y no soy capaz de recordar el nombre de la marca de ninguna manera... Con 5 segundos al final del vídeo no es suficiente después del shock de los 25 anteriores. Cuando estás tratando de asimilar lo que acabas de ver, te meten el logo. ¡Mal! En un vídeo de semejantes características audiovisuales habría cabido perfectamente un “te cuelo el logo y te repito el nombre de mi marca en cada frame”. En fin, los “amantes” de los gatos al menos se habrán apuntado al gimnasio, ¿no?