Ubicación, fecha y número de personas. Son los datos básicos para realizar la búsqueda de alojamientos vacacionales, que además se puede acotar por precio, instalaciones o servicios. Pero el sector turístico quiere evolucionar hacia nuevas experiencias apostando por nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial.
La plataforma danesa Landfolk ha dado pasos en esta línea y ha presentado Daisy, un motor de búsqueda visual diseñado específicamente para casas vacacionales. Asegura que se trata de un desarrollo innovador y pionero en la industria de los viajes y con el que busca ir más allá de lo esencial que se ha ofrecido durante años.
Tal y como describe, con Daisy los usuarios pueden encontrar sus alojamientos ideales haciendo búsquedas de sus visiones, emociones o ambientes. Así, instrucciones como "una acogedora cabaña junto al lago" o “una escapada a la playa con vistas al atardecer” ofrecerá como resultado una amplia variedad de fotos, las cuales están conectadas con las fichas de sus respectivas casas para alquilar.
Según explican desde la compañía, Daisy representa el nuevo camino que marcan la IA y el aprendizaje automático para mejorar la experiencia. “Al utilizar modelos avanzados que pueden comparar y comprender tanto imágenes como texto, ofrecemos a las personas una forma completamente nueva de buscar en función de las emociones, los estados de ánimo y las ideas creativas”, ha señalado Chris Sorensen, Co-Fundador y CTO de Landfolk.
De momento, este motor tan sólo arroja resultados visuales, pero la firma asegura que está trabajando en las capacidades de la herramienta para integrar otros datos de los productos. Han lanzado Daisy, aseguran, para ver cómo la utilizan los usuarios y comprender mejor cómo realizan sus búsquedas.
Así, apuntan que refinarán la base de machine learning para mejorar la experiencia de búsqueda y resultados, identificar mejores fotos de portada o brindar colecciones de casas.
Con Daisy, Landfolk espera elevar su propuesta de valor e impulsar una evolución en el mercado. La start-up fue puesta en marcha en 2021 por siete exmiembros de Airbnb, y su oferta de alojamientos premium se selecciona a mano atendiendo a la estética, la personalidad, la calidad y la ubicación.
Se lanzó inicialmente en Dinamarca, y después se expandió por Escandinavia y Alemania. El próximo objetivo es el sur de Europa.