Calvin Klein es conocido por su publicidad provocadora (y provocativa). En los años 90, sus picantes campañas de topless impulsaron la carrera de modelos y celebrities como Kate Moss. La marca también ha sido acusada de aportar un toque de glamour al uso de drogas, o de hacer referencia a la pornografía infantil.

Calvin Klein es una marca controvertida en sus acciones de marketing, mostrando una sexualidad fluida. Por eso, su última acción (que también se ha llevado críticas) podría parecer casi inofensiva. Se trata de una campaña en la que vemos a la supermodelo Bella Hadid besando a Lil Miquela, la influencer creada con Inteligencia Artificial. Una imagen que no ha gustado al público y ha llevado a la marca a disculparse.

Después de lanzar el anuncio la semana pasada, muchos se quejaron diciendo que el vídeo es queerbaiting: una técnica de marketing usada en ficción y entretenimiento, un reclamo LGBT en el que los creadores sugieren relaciones del mismo sexo… Pero sin ser real, sin que nada pase en realidad. Una idea que se refuerza porque Hadid se identifica como heterosexual. En un breve vídeo de 30 segundos las dos aparecen mirándose fijamente antes de besarse. Y la voz de Hadid comienza a relatar: “La vida consiste en abrir puertas, creando nuevos sueños que nunca pensabas que podrían existir”.

Calvin Klein no ha tardado en disculparse a través de Twitter, indicando que el concepto y el mensaje de la campaña es promover la libertad de expresión para todo tipo de identidades. Y que el objetivo del beso en el anuncio es desafiar las normas convencionales y estereotipos en publicidad.

“Sabemos y asumimos que mostrar a alguien que se identifica como heterosexual en un beso entre personas del mismo sexo podría ser percibido como ‘Queerbaiting’. Como una compañía con una larga historia defendiendo y apoyando los derechos LGTBQ+, no ha sido claramente nuestra intención tergiversar ni representar pobremente a esta comunidad” han explicado.