Recurren a la publicidad obscena para representar el Miércoles Santo

El Instituto de Política Familiar de Baleares ha denunciado el cartel erótico para una fiesta de un local de Palma de Mallorca por atentar contra la libertad religiosa, vulnerar los derechos del menor y denigrar a la mujer.

La queja, que ha sido presentada ante el Instituto de la Mujer y ante la Delegación de Gobierno en Baleares, exige su retirada inmediata y la sanción correspondiente al responsable que está detrás del cartel.

Y es que bajo el título de “Miércoles Santo” se pueden ver dibujos eróticos protagonizados por el Papa y una monja así como representaciones sexuales muy explícitas. Un tipo de publicidad obscena que ha sido muy criticada por sus tintes pornográficos y por blasfemar contra la religión católica. Un cartel que, según el demandante, está visible para cualquier ciudadano al estar expuesto en plena calle.

En un comunicado oficial el Instituto de la Mujer ha asegurado que "hemos recibido la llamada de los organizadores de la fiesta pidiendo disculpas, reconociendo la falta cometida y asegurando que ya se ha retirado de su página web dicha propaganda". Hoy está previsto su retirada de los establecimientos de Palma en los que se encontraban los carteles.

Pero lo cierto es que, pese a las disculpas de la organización, cada vez resulta más frecuente ver cómo la publicidad utiliza la religión para buscar la polémica y acaparar una atención social y mediática que tal vez de otra forma no conseguirían.

Campañas como las realizadas por la marca de ropa Benetton son ya de sobra conocidas. Pero las de esta marca no son las únicas campañas en las que el erotismo y, en cierta medida, la perversión están en el punto de mira de los anunciantes. ¿Dónde está el límite?,  ¿todo vale para conseguir captar la antención?

Antonio Federici, el helado más blasfemo del mundo, se metió en problemas con los reguladores publicitarios de Reino Unido. La marca presentaba en sus carteles a una monja embarazada y a dos curas con una intención muy clara…

La última Cena de Folsom Street Fair nada tiene que ver con la obra original:

Y aquí tenemos una nueva polémica suscitada nuevamente por anunciar una marca de vaqueros a través de la imagen de una monja semidesnuda. Los habitantes de Nápoles calificaron la gráfica de “blasfema”.

A finales del 2007 Coca-Cola lanzó unas gráficas en las que utilizaba imágenes religiosas mezcladas con el refresco. Cristianos ortodoxos rusos protestaron contra la publicidad argumentando que ofendía su sensibilidad religiosa.

También las exposiciones de arte se suman a esta moda. "Obscenity", de Bruce Labruce, estuvo cargada de polémica cuando las fotografías mostradas en la sala reflejaban poses propias de la imaginería católica y de contenido erótico. Intentaron quemar la galería horas después de su inauguración. En la imagen se puede a ver a la actriz Rossi de Palma representado la imagen de una moja muy sugerente.

Muchos ejemplos que ponen en entredicho la ética publicitaria de algunos anunciantes que, con el fin de buscar polémica, sensacionalismo y protagonismo, se olvidan de que este tipo de anuncios pueden ofender a un gran colectivo de la sociedad, independientemente de su creencia religiosa.