Tailandia ya nos demostraba el poder de la emotividad gracias a las campañas de Truemove, en las que contaba historias sobre compasión y generosidad. 

Y parece ser que el talento para conmover es un rasgo característico de la publicidad Tailandesa. La compañía Vizer ha lanzado un spot, de cinco minutos de duración, cuya historia logra conectar con el público utilizando la afectividad como medio. 

La historia comienza con un plano de un joven mendigo durmiendo frente a un comercio, tendido en el suelo. Acto seguido aparece el dueño de la tienda, que al verle le tira un cubo de agua fría y le echa gritando. El spot narra una secuencia de días en los que el propietario ahuyenta al mendigo una y otra vez cada mañana, ante la mirada de reprobación de una vecina. 

Cabe mencionar una particularidad de estas escenas: la emotividad aún no aflora completamente en los espectadores debido a la música utilizada. Es una música que transmite sensación de escena cotidiana, incluso humorística, como si los creadores de la pieza intentaran decirnos que ese tipo de secuencias son normales para el propietario de la tienda. 

Sin embargo, el spot cambia de tono de forma drástica transcurrido un minuto. La razón: un buen día, tras echarle en repetidas ocasiones, el mendigo ya no duerme frente a la tienda.

En este punto del anuncio el público ya ha empatizado con el protagonista. Su posición y la forma en que el dueño le trata despierta la compasión de los espectadores, que ahora se preguntan qué le ha pasado para no estar en el sitio de siempre. ¿Le habrá dolido el maltrato del propietario? ¿Le habrá pasado algo?

La música, de tono dramático, acompaña tanto al público como al sentimiento del dueño de la tienda, quien ya se había acostumbrado a la presencia del joven todas las mañanas. Por ello, y tras comprobar que no va a volver, decide averiguar qué le ha pasado. 

¿Qué se publicita en el spot?

En el segundo minuto es cuando se introduce el producto que se publicita, aunque no se revela hasta el final. 

Gracias a las videocámaras instaladas por el dueño del comercio, éste puede ver que en realidad el mendigo protegía su negocio y que no volverá debido a que le agredieron de noche. 

Por eso Vizer, compañía de cámaras de seguridad, declara en la pieza que “Hay mucha más verdad ante la que eres ciego”. La realidad es muy amplia, pero las personas no podemos estar en todo lugar y en todo momento, y mucho menos lo sabemos todo. 

Con este componente emocional, la marca hace que los consumidores se den cuenta de que una cámara de videovigilancia es la solución para poder estar en un negocio en todo momento: ya sea para monitorizar robos, incidentes o, como en este caso, conocer una parte de la verdad desconocida. 

El éxito de la campaña ha sido indiscutible. Sus 5 millones de visualizaciones y las más de 100 millones de veces que fue compartido en redes sociales lo demuestran. Un perfecto ejemplo de la maestría de Tailandia en publicidad emotiva.