El 37% de los españoles creen que las marcas se deberían anunciar con normalidad pese al Coronavirus

  • Los consumidores se interesan más por las marcas que ayudan a hacer frente al coronavirus
  • El 31% de la Generación Z prefiere un nuevo enfoque comunicativo por parte de las marcas
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El 37% de los consumidores en España consideran que las marcas se deberían anunciar con normalidad a pesar del Coronavirus, frente al 28% que creen que la comunicación publicitaria debería ser diferente.

Los consumidores se interesan por las marcas que colaboran en la crisis

Según el estudio de GlobalWebIndex realizado en 13 mercados entre el 16 y el 20 de marzo, los consumidores se muestran más interesados por aquellas marcas que están ayudando a hacer frente a la pandemia y ofreciendo información de valor.

Alemania y Francia son los únicos dos países donde más consumidores opinan que las marcas deberían anunciarse de forma diferente debido a la actual situación. Concretamente, el 60% de los alemanes y el 40% de los franceses consideran que la comunicación debería cambiar.

Por su parte, más de la mitad de los consumidores de Brasil (59%), Filipinas (53%), Italia (52%) y Australia (50%) consideran que las campañas publicitarias deberían desarrollarse con normalidad.

En lo que respecta al género, el 40% de los hombres se inclinan hacia la línea habitual de comunicación, frente 34% de las mujeres. En cuanto a la edad, la Generación Z (31%) es la que más se decanta por un nuevo enfoque comunicativo por parte de las marcas, junto al 25% de los Millennials.

Por su parte, el 39% de los consumidores con ingresos elevados prefieren que los anuncios se mantengan como hasta antes de la crisis sanitaria, mientras que aquellos con ingresos bajo se dividen entre el 33% que se inclina por los mensajes de siempre y el 32% que desea nueva publicidad.

Esto plantea un punto de inflexión en las estrategias publicitarias de las marcas, que deben optar entre las ventas a corto plazo o la construcción de marca en el largo. Y es que las complejas perspectivas económicas ponen en tensión la posición de las empresas frente al coronavirus y la consecuente reacción de los consumidores