Hiperconectividad, soledad y el papel de las marcas en esta crisis

  • Hablamos con The Summer Agency sobre el contexto social, laboral y publicitario que deja el coronavirus
  • Cada vez estamos conectados a más pantallas pero tenemos menos capacidad de tener contacto cara a cara
entrevista summer agency

Si ya vivíamos hiperconectados y solos antes de la pandemia global del coronavirus, puede que esta situación de confinamiento y teletrabajo haya acentuado un poco más la paradoja.
Para reflexionar sobre ello, hemos realizado una charla en directo con The Summer Agency, que lanzó a principios de marzo (poco antes del estado de alarma) el estudio “Summer Hits v.1 Hiperconectividad, ¿La nueva forma de sentirse solos?”.

Antes de seguir, aquí puedes ver de nuevo la conversación con Ramón Azofra, CEO en The Summer Agency, y Nacho Herranz, Director Creativo de la agencia, una charla conducida por el CEO y Fundador de Reason Why, Javier Guadiana.

¿Cómo afecta la hiperconectividad al entorno laboral?

Las miles de oficinas que se han montado en los hogares españoles durante esta cuarentena han puesto en evidencia la hiperconectividad laboral. Por un lado, las múltiples herramientas digitales que tenemos a nuestra disposición han facilitado el teletrabajo pero, por otro, la falta de contacto físico ha evidenciado un obstáculo a la hora de trabajar en equipo de manera fluida.

La falta de contacto físico puede ser una barrera para el trabajo en equipo

“Lo que más echo de menos es plantar mi cuaderno sobre la mesa de algún compañero y hacer garabatos juntos”, ha comentado Nacho Herranz en referencia a la nueva normalidad que, en su opinión, más que trabajar en equipo implica recordarnos que debemos compartir las ideas individuales con el resto. “Cada uno de nosotros está en su nicho trabajando. Tenemos la sensación de estar constantemente conectados con todo el mundo pero en realidad la distancia es astronómica”.

Para Ramón Azofra esta crisis ha puesto de manifiesto la capacidad de adaptación del ser humano en general y de la industria publicitaria en particular. “Las empresas que ya habían hecho previamente cierta gimnasia en transformación digital y teletrabajo se han visto beneficiadas”.

En este sentido, ha recordado que pasamos 800 horas al año (33 días) pegados a una pantalla según los datos del informe Summer Hits, “que seguramente se habrán quedado ya desfasados con el coronavirus”. Sin embargo, esta gran cantidad de interacciones que tenemos en los medios digitales contrasta con lo incompleto de esos contactos. “Les falta el componente sensorial”, ha remarcado el CEO de The Summer Agency.

¿Estamos perdiendo el contacto cara a cara?

Así, el tiempo que pasamos pegados a una pantalla le resta espacio a la comunicación interpersonal y a los contactos directos. La cultura de la interrupción se ha instalado cómodamente en nuestros días, comiéndole terreno a la capacidad de relacionarnos cara a cara.

La Generación Z prefiere comunicarse en redes sociales que el tú a tú

“Se habla de la paradoja de la Generación Z”, ha explicado el Director Creativo de The Summer Agency. “Son estrellas en las redes sociales, pero agachan el flequillo en el tú a tú. Les resulta más cómodo escribir en WhatsApp que mantener una conversación con alguien”.

En el plano laboral el ejemplo que mejor lo ilustra es Slack. “Muchas veces estamos más cerca de nuestra pantalla en Slack que de la persona que tenemos al lado. Es la gran paradoja de la digitalización”, ha comentado el CEO de la agencia.

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El caso es que esta curva de la hiperconectividad, lejos de asomarse al descenso, sigue apuntando alto según indican algunos datos como el aumento de las instalaciones de fibra óptica en España. "Estamos migrando a tecnologías que nos permiten estar más tiempo conectados. Viene el 5G y las videollamadas están aquí para quedarse”, ha opinado Ramón.

Pero, ¿cuántos podemos mantener todavía una conversación cara a cara sin consultar el móvil, revisar el email o leer los comentarios de una red social al mismo tiempo? “La hipersoledad ya no es tanto estar completamente aislado del mundo, sino la imposibilidad de estar completamente presente en un sitio con los cinco sentidos", ha apuntado Nacho Herranz. 

Con todo, Ramón recuerda que la historia de la humanidad es pendular y, así como vivimos en la era de la súper explosión de la tecnología, estamos volviendo a lo más básico y que más echamos de menos como dar paseos por el campo. Eso sí: "Con el móvil en el bolsillo", ha puntualizado Nacho entre risas.

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Oportunidad vs. oportunismo de las marcas

En estos más de cuarenta días de confinamiento hemos visto todo tipo de iniciativas por parte de las marcas. Algunas que han aprovechado el contexto para aportar algo por el bien común desde su propósito de marca y otras que han sido consideradas un tanto oportunistas.

El compromiso y propósito de las marcas alejan el riesgo de oportunismo

En este punto, Ramón Azofra ha querido matizar que "es fácil descartar el oportunismo cuando hay un compromiso y propósito reconocibles" aplaudiendo que, bajo su punto de vista, la mayoría de las empresas han sabido hacer un buen trabajo y aportar su granito de arena en esta crisis

En la misma línea, Nacho Herranz ha añadido que las marcas, como agentes que forman parte del entramado social, necesariamente deben hacer algo en una situación como la que vivimos. En su opinión, las marcas que mejor lo están haciendo son aquellas que han sabido encontrar un equilibrio claro entre sus intereses particulares y un impacto responsable en la sociedad. "Culpar  las marcas es fácil. Sin embargo, las que lo están haciendo bien saldrán un paso por delante de esta crisis. Aquellas que no hagan nada simplemente desaparecerán".

Volviendo a la hiperconectividad, que ya era un hecho antes del coronavirus y que se ha acentuado en esta situación, culpar al contexto también sería lo más sencillo. Sin embargo, Ramón Azofra recomienda tratar de aprender a lidiar con ella de la mejor manera posible.