La decisión de la FIFA de celebrar el Mundial de 2022 en Qatar está suscitando polémica. Además de las acusaciones de corrupción a las que se enfrenta en Brasil, ahora podría tener en contra a la opinión pública por apoyar la violación de los derechos humanos, celebrando el mundial en los Emiratos Árabes (primera vez que el torneo se traslada a Oriente Medio)
Además toda esta controversia está afectando directamente también a los patrocinadores del evento. La presión para estas marcas ha aumentado gracias a las denuncias recogidas, no sólo de Amnistía Internacional, sino también por parte de grupos que ponen de manifiesto la explotación laboral, vulneración de libertades básicas, sobornos y la mala gestión financiera del país que acogerá en 2022 el mundial de fútbol.
Como apoyo a esta protesta varios diseñadores han decidido rediseñar los logotipos de las marcas que más invierten en la Copa del Mundial, para protestar por estos actos inhumanos. De esta forma, están intentando que marcas como Adidas, Coca-Cola o Visa, se den cuenta de lo que está sucediendo y obliguen a la FIFA a tomar medidas en contra de todos esos abusos.
Las condiciones de trabajo en Qatar
Que Qatar sea la sede del torneo de fútbol, ha provocado un gran frenesí en la construcción de toda la infraestructura necesaria para el evento. El país gastará casi 100 mil millones de dólares en infraestructuras para las sedes deportivas, pero solo paga 8 dólares diarios por una jornada de 15 horas de trabajo.
Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), “Qatar es un país rico pero las condiciones laborales de sus trabajadores inmigrantes es paupérrima, infrahumana y roza con la esclavitud moderna. La mayoría de los capataces agreden a los empleados, se quedan con parte de su dinero e incluso les confiscan sus pasaportes para que queden vulnerables y obligados a seguir trabajando”.
Estos inmigrantes provienen de países muy pobres en su mayoría asiáticos (Bangladesh, Nepal y Filipinas…) Según varios informes, los pasaportes de los trabajadores inmigrantes a menudo son confiscados tras la entrada en Qatar, por lo que no pueden salir del país y así pueden tenerlos “contratados” sin asignarles ningún pago por meses. Asimismo, el intenso calor en Qatar, que puede llegar a sobrepasar los 50 grados, hace que las condiciones de trabajo sean infrahumanas.
De hecho, más de 900 trabajadores han muerto y algunas asociaciones estiman que esta cifra se elevará a 4.000 antes de que se hayan terminado de construir las instalaciones necesarias para el normal desarrollo de la Copa del Mundo en 2022.
"Por cada partido que se juegue en el Mundial habrán muerto 62 trabajadores", ha explicado Stephen Russell de la organización Playfair Qatar que trabaja para denunciar estos hechos y exigir a los patrocinadores que velen por el cumplimiento de un código ético.