Lecciones de Diseño, by Spotify

La sostenibilidad del modelo de negocio para un servicio de música por streaming como Spotify se ha puesto en el punto de mira muchas veces. Sin embargo, a la empresa no le va mal (está valorada en 4 mil millones de dólares) y uno de los motivos por los que ha triunfado es la importancia que se le da a las ideas “estúpidas”.

Tobias van Schneider, director de diseño de producto en Spotify, es un ferviente defensor de este tipo de ideas. Ahora trabaja en las oficinas de Spotify en Nueva York, pero antes de llegar hasta allí fue rechazado en todas las escuelas de diseño en las que quiso entrar. 

Su potencial se podría resumir en tres ideas clave que se deberían aplicar siempre al diseño:

 

Dejar a un lado el miedo al fracaso

Los proyectos que no salen adelante son la mejor forma de aprender algo por el camino. Un fracaso siempre abre una puerta nueva para dar el siguiente paso.

 

El crecimiento lleva su tiempo

Que Spotify ahora esté valorada en 4 millones de dólares es algo que no ha pasado de la noche a la mañana. El diseño de la tecnología que ha llevado a Spotify a estar en este punto de éxito comenzó en Suecia en el año 2008.

Lo que más tiempo ha llevado desde entonces ha sido expandir el negocio a otros países y establecer acuerdos con los grandes sellos discográficos para que compartieran su música en Spotify. 

Pero Tobias insiste en que, si no vemos crecimiento, no debemos tirar la toalla porque cuando no la tiramos “puede pasar cualquier cosa”. 

“Cuando alguien me dice que no puedo hacer algo yo respondo ‘gracias, ahora sí que, definitivamente, voy a hacerlo”.

 

Desarrollar ideas estúpidas

Cuando se trabaja en trabaja en proyectos estúpidos la gente pierde más tiempo pensando que es algo estúpido que en divertirse. “Cuando uno asume que está haciendo algo estúpido, puede divertirse con ello”. 

Así que antes de descartar un diseño porque alguien lo haya calificado como “estúpido” o porque uno mismo haya dudado de su potencial, hay que dejar a un lado el pensamiento de fracaso y divertirse con lo que se está haciendo.