Las siete verdades de un pensamiento estratégico

Muchas de las acciones que llevan a cabo las empresas tienen el apellido de estratégicas, cuando en realidad no lo son. La última conferencia de Account Planning Group (APG) deja algunas claves para reflexionar sobre qué es y qué no es estrategia. 

  1. La estrategia es un arte, no una ciencia y, por lo tanto, está más ligada a la creatividad que al razonamiento empírico. El mejor pensamiento estratégico es en el que se piensa de lleno en el consumidor final y no en los resultados.
  2. La estrategia es el arte de generar poder, y su propósito es muy simple: sacar provecho de una situación que en su inicio no lo tenía. Por lo general, los grandes, los ricos y los fuertes ganan. Y cuando no lo hacen es porque alguien pensó una estrategia mejor.  
  3. El foco de una estrategia es el punto de partida, no el objetivo final. El pensamiento estratégico requiere tomar decisiones interdependientes sin quitar ojo a cómo reaccionan los competidores. 
  4. La estrategia es una telenovela, no un drama. Nunca habrá un inicio, un nudo y un desenlace perfectamente definidos. Precisamente por eso, las empresas deben explotar el factor sorpresa.
  5. La estrategia tiene que ver con hacer, no con pensar. Es una hoja de ruta encaminada a lograr una acción muy concreta. 
  6. Las estrategias más convincentes son las más que resuelven disyuntivas. Un buen ejemplo es el de Aldi y Lidl. Ambas cadenas de supermercados prestan un servicio que conjuga calidad y bajos precios. 
  7.  La mejor estrategia para la era digital es la usabilidad: el mercado está saturado de buenas ideas. Lo que distingue a las mejores ideas de las que sólo son buenas es su capacidad para llegar a manos del consumidor.