La agencia Sra. Rushmore y Grey Europa han llegado a un acuerdo por el que los de la Gran Vía madrileña manejarán algunas cuentas de Grey España y, en el otro sentido, podrán ofrecer a sus clientes el servicio internacional de la red Grey. Es algo en lo que llevaban trabajando meses, antes de que el coronavirus nos cambiara los planes y las estructuras a todos, pero que se empieza a materializar ahora.

Aprovechando el contexto, hago una llamada con Miguel García Vizcaíno para que nos cuente las primeras sensaciones en la agencia tras este anuncio de colaboración, pero también comentamos otras cuestiones sobre el sector, en general, y Sra. Rushmore en particular.

RW. ¿Qué significa este movimiento, qué va a pasar a partir de ahora?

M.G.V. Es un acuerdo de colaboración habitual. No es la primera vez que lo hacemos con una agencia de WPP dado que este tipo de colaboraciones son relativamente habituales entre las agencias del grupo. Además nosotros estamos enmarcados en Specialist Communications, una parte de WPP que funciona como conglomerado de agencias de todas las disciplinas y lugares del mundo, y ahí seguiremos reportando.  Como consecuencia hemos alcanzado este acuerdo para manejar algunas cuentas de Grey en España y tener la posibilidad de concurrir a algunos concursos con la red global de Grey. De la misma manera que para los clientes de Sra. Rushmore que necesiten el servicio de una red internacional, nuestra preferencia será Grey en todos los países que opera. Pero Grey España seguirá funcionando y nosotros, por supuesto, también. 

RW. El sector ha rumoreado en estas horas con una fusión entre ambas agencias, incluso con cambios de nombre... Pero queda claro que el acuerdo no va por ahí. No obstante, ¿se va a materializar en algo más allá de lo que me acabas de contar?

M.G.V. No te puedo avanzar mucho más porque todo esto se está escribiendo ahora mismo y así es como se lo hemos trasladado internamente a los nuestros.
Dentro de poco sí podremos contaros para qué cuentas vamos a trabajar exactamente y quién las va a llevar.

RW. Ya que me hablas de los vuestros, ¿cómo se ha recibido esta noticia en la agencia?

M.G.V. ¡Muy bien! Tampoco es un cambio sustancial, así que contentos por tener más oportunidades creativas y de negocio. Nadie le ha visto problema porque todo son ventajas a partir de aquí.

RW. Sobre las oportunidades de negocio, ¿crees que la crisis del coronavirus está acelerando este tipo de movimientos y que veremos más a partir de ahora?

M.G.V. En términos de industria no puedo aventurarme a decirte que sí. En nuestro caso particular, no ha influido porque las conversaciones sobre el acuerdo comenzaron mucho antes del Covid.

RW. Y los clientes, ¿cómo reciben la noticia de cambiar de equipos e interlocutores a partir de ahora?

M.G.V. Hay todo tipo de experiencias en esto. Lo normal es que los clientes lo acepten y reciban de buen grado, Pero lógicamente ellos tienen mucho que decir al respecto y puedes encontrarte de todo. Por ejemplo, varía mucho la respuesta si es una adjudicación local o internacional.

RW. Aunque ya ha quedado claro que no es, ni se parece, a una fusión, quiero preguntarte por esa hipótesis. Si escuchas esta frese: “Yo no me fusionaré jamás, salvo pandemia mundial...”, ¿te sientes identificado?

M.G.V. Yo no diré nunca “no me fusionaré” porque depende de las circunstancias y del momento. A día de hoy para nosotros es fundamental mantener la autonomía de Sra. Rushmore, pero las circunstancias pueden cambiar y quién sabe lo que ocurrirá dentro de 10 años. Lo fundamental es que, en cualquier caso, podamos mantener la personalidad y la cultura de la agencia por encima de todo.

RW. Te lo pregunto, sobre todo, para conocer de primera mano cómo os está afectando esta situación. Hay estudios, documentos, comentarios.... sobre la crisis, pero me interesa mucho tu valoración como emprendedor y co-propietario de una agencia tan reconocida.

M.G.V. Los primeros meses de confinamiento fueron bastante duros porque estaba todo muy parado. Pero desde mediados de junio hemos notado que el mercado se ha empezado a mover y ahora estamos embarcados en muchas oportunidades de negocio nuevas. Así que volvemos a ser optimistas y, además, el teletrabajo nos abre horizontes de cara a mejorar las condiciones de vida de la gente.

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RW. ¿Hay opciones de que vuestor espacio en la Gran Vía de Madrid deje de ser lo que es y lo que representa para vosotros?

M.G.V. No, estamos felices en la Gran Vía y no la vamos a abandonar de ninguna manera. Pero sí estamos debatiendo cómo el teletrabajo parcial nos puede mejorar la vida y es algo bueno que nos ha traído toda esta tragedia. Yo ahora mismo estoy desde Menorca, aunque es cierto que para nosotros el trabajo a distancia no sustuituirá nunca al presencial. Sí que nos podrá ayudar a conciliar mejor, pero siempre querremos vernos y tocarnos, tomando la cervecita de después. Hay que ver cómo encontramos el equilibrio porque, además, todavía queda mucho por legislar...

RW. Volviendo al punto de la complejidad de esta crisis, vosotros estáis colocados en las primeras posiciones de InfoAdex respecto a las agencias creativas que más inversión gestionan. Os va muy bien, ¿no?

M.G.V. Llevamos 15 años entre el tercero y el quinto puesto sin grandes movimientos, pero nuestro objetivo nunca ha sido ser una agencia grande o estar entre las grandes, aunque es algo muy saludable. Estar considerada por SCOPEN como una de las más creativas y, al mismo tiempo, estar posicionados en el ranking de InfoAdex, es una gran noticia.

RW. En el mes de septiembre cumplís 20 años. En este tiempo habéis alcanzado el éxito, lo habéis navegado, habéis superado crisis económicas, compras, ventas, separaciones... ¿Vives esto con la rutina del día a día o te paras de vez en cuando para reconoceros el mérito de este viaje?

M.G.V. Nosotros es que tenemos fobia absoluta a la palabra éxito, nos suena fatal. Pero sí, muy a menudo nos paramos a ver dónde estamos y el mérito que tiene el trabajo de toda la agencia para seguir aquí después de 20 años. Intentamos no olvidarlo, porque no es fácil haber llegado hasta donde estamos y ha sido así gracias al trabajo y el talento de mucha gente de Sra. Rushmore. Lo valoramos casi cada día que llegamos a la agencia o, ahora, que abrimos el ordenador desde casa, porque no es fácil tener y retener clientes como los nuestros.

RW. Por el camino hay gente, talento, que se ha ido de la agencia. Roberto Lara dijo hace poco que ya no os véis ni os reconocéis. ¿Cómo valoras este punto?

M.G.V. Desde el punto de vista personal, no hay réplica que hacer. Y desde el punto de vista profesional, por la agencia ha pasado gente muy valiosa. De hecho, creo que una agencia empieza a ser importante cuando hay “ex” fuera a los que les va muy bien. Estamos muy orgullosos de ver cómo le va a Carlos Alija, Laura Sampedro, Edu de la Herrán y Fillippo Della Casa, Paco Conde o Ángel y Lucas. Porque, por encima de todo, lo que nos queda es la sensación de tremendo orgullo tras haber trabajado con ellos. Y es bueno que entre y salga gente, puesto que cada uno aporta algo distinto. Así que no hay nada que reprocharles, se han dejado la piel cuando han estado con nosotros. Además, lo bueno de esta agencia es que no es de una persona, dos o tres. Por eso no le pusimos el nombre o apellidos de alguien concreto. Aunque suene muy Cholo Simeone, esta es la agencia de un grupo que está por encima de las personalidades.

RW. En todo este tiempo habrás vivido varios cambios de tendencia. ¿Hay algo de la publicidad actual que te gustaría cambiar o que evolucionara más rápido?

M.G.V. Resumir todos los problemas que tenemos en una sola frase es complejo... Si fuera capaz de hacerlo, habría encontrado la piedra filosofal (risas). En general, creo que las agencias están perdiendo mucha autoridad entre los anunciantes. Pero desde Sra. Rushmore no tenemos queja porque los clientes confían en nosotros y tienen un nivel de profesionalidad altísimo, apostando por la creatividad. En el 80% de los casos, si no hacemos bien nuestro trabajo es por culpa nuestra. Y esto no es fácil decirlo.

Desde luego que no lo es. Y semejante ejercicio de autocrítica, tampoco.