El “FOBO”, o miedo a la obsolescencia, crece entre los profesionales en los dos últimos años a causa de la IA

  • Según Gallup, la preocupación ha crecido especialmente entre profesionales con estudios universitarios
  • La reducción de beneficios es el temor más destacado ante el avance de la tecnología
Mujer cansada trabajando en la oficina

Las siglas que expresan cómo nos sentimos hacia el mundo y lo que en él ocurre se han convertido en un signo de nuestro tiempo. El acrónimo FOMO (Fear of Missing Out) ha indicado durante años el miedo de muchos a no estar al día con la apabullante actualidad, y a la que después ha seguido la expresión FOBO (Fear of Becoming Obsolete), o el miedo a quedarse obsoleto. Esta última, una sensación que se ha acrecentado durante los últimos tiempos entre los prefesionales debido a los veloces avances tecnológicos. 

Así lo indica una investigación reciente de la consultora Gallup, realizada entre 1.014 adultos estadounidenses durante el mes de agosto. El análisis concluye, entre otras cosas, el miedo de los profesionales a quedarse obsoletos y ser reemplazados por alguna solución tecnológica ha crecido más en los últimos dos años que en cualquier otro momento desde 2017. 

El miedo a que la tecnología haga el trabajo obsoleto se sitúa en el 22%

Concretamente, el 22% de los encuestados aseguran que les preocupa que la tecnología haga que su trabajo quede obsoleto, lo que supone 7 puntos porcentuales más que en 2021. En anteriores ocasiones la cifra había variado entre el 13% y el 17%, tal y como señalan desde la compañía. 

Desgranando los datos atendiendo al perfil de los profesionales, cabe destacar el miedo a la obsolescencia entre los trabajadores con educación universitaria, cuya preocupación se ha incrementado del 8% al 20%. En cambio, la preocupación entre los trabajadores sin título universitario se mantiene prácticamente sin cambios en un 24%. 

Asimismo, también se aprecian cambios poniendo el foco en la edad y el salario percibido. Según los datos de Gallup, el temor de que la tecnología pueda dejar obsoleto el trabajo también aumenta más entre los profesionales más jóvenes que entre los mayores, ampliando así la brecha generacional evidente ya hace dos años. También se ha visto incrementado más entre quienes ganan menos de 100.000 dólares anuales. que entre quienes ganan 100.000 dólares o más.
Por otro lado, la preocupación ha aumentado por igual entre hombres y mujeres. 

Los beneficios y el salarios, entre los principales medios

Los datos evidencian cómo los profesionales están mirando de reojo los avances de la inteligencia artificial y otras tecnologías y su impacto en su día a día. La reducción de beneficios se mantiene como la preocupación más destacada, con el 31% de los encuestados indicándolo así; seguida de la reducción de los salarios (24%). Ser reemplazados por la tecnología (22%), ser despedidos (20%), ver reducidas sus horas (19%) o que su trabajo se traslade al extranjero (7%) son otros de los miedos más comunes. 

Con todo, los niveles de preocupación en torno a estos puntos se encuentra significativamente por debajo de las cifras registradas entre 2009 y 2013, años en los que se atravesaron las consecuencias de la crisis económica de 2008. Concretamente, los porcentajes de miedo por un posible despido o una reducción salarial o de horas fueron más bajos a mediados de la década de los 2000, mientras que 2019 supuso el punto más bajo en cuanto a preocupación por la reducción de beneficios.

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Una de las principales razones detrás del incremento de estos miedos es la inteligencia artificial, que ha hecho que cambie la percepción acerca de las capacidades de las máquinas. Estas ya no se conciben como robots que puedan sustituir la mano de obra física en fábricas o almacenes sino que sus capacidades se han expandido a softwares y herramientas informáticas comunes y del día a día. 

Es por ello que resulta comprensible que las preocupaciones se hayan acrecentado, especialmente entre aquellos con formación universitaria. Sin embargo, desde Gallup indican que, por ahora, menos de uno de cada cuatro encuestados piensan que la amenaza es inminente,