La apuesta por la diversidad y la inclusión ha sido una de las grandes tendencias en el ecosistema empresarial en los últimos años. Sin embargo, en los últimos meses son muchas las grandes compañías, entre las que pueden encontrarse McDonald's, Walmart o Toyota, que han dado marcha atrás en sus programas DEI (diversidad, equidad e inclusión) a la luz de un cambio cultural, social y político en Estados Unidos. 

La victoria electoral de Donald Trump en las últimas elecciones, y que dará como resultado su investidura el próximo 20 de enero, ha sido el culmen de un viraje hacia el conservadurismo que se ha ido gestando en los últimos tiempos. Algunas de las empresas que ahora han modificado sus políticas de diversidad han experimentado presiones, especialmente en redes sociales, por parte de segmentos conservadores alegando que dichas políticas resultan discriminatorias. 

Es más, algunas de las compañías citan entre sus argumentos decisiones de tribunales que han establecido que algunas de las medidas han desembocado en discriminación positiva hacia ciertos grupos sociales históricamente marginados. Concretamente aluden a la sentencia de la demanda de la organización Students for Fair Admissions contra la Universidad de Harvard, publicada en junio de 2023, y que considera que la acción positiva basada en la raza como vía para mantener un cuerpo estudiantil diverso infringía la Constitución de los Estados Unidos. 

Precisamente las políticas DEI ganaron terreno como vía para favorecer el acceso a la educación o al trabajo y brindar igualdad de oportunidades para todos. Muchos de los programas se adoptaron en 2020 como respuesta a las demandas ciudadanas tras el asesinato de George Floyd. Gran parte de la sociedad reclamó mayor equidad racial e impulsó a mcuhas empresas a redoblar sus esfuerzos. 

Sin embargo, ciertos discursos ideológicos que han incrementado su presencia en los últimos tiempos han presionado y empujado a muchas organizaciones a dar marcha atrás en sus iniciativas, y las compañías han claudicado tratando de evitar conflictos reputacionales o de imagen. 

Empresas que retroceden en diversidad

Esta misma semana McDonald's ha comunicado algunos cambios en sus programas de diversidad, inclusión y equidad. Entre ellos, ha señalado que retirará las metas específicas -las denominadas cuotas- para lograr la diversidad en los niveles de liderazgo superior y que pondrá fin a un programa que alienta a sus proveedores a desarrollar capacitación en diversidad. Además, el equipo de diversidad de la empresa pasará a llamarse Equipo de Inclusión Global. 

Por su parte, Walmart señaló en noviembre que está poniendo fin a los programas de capacitación sobre equidad racial para el personal y evaluando programas diseñados para aumentar la diversidad de los proveedores. Hasta el momento, Walmart ha trabajado para aumentar la cantidad de proveedores que son al menos en un 51 % propiedad o administrados por una mujer, una minoría, un veterano o miembros del colectivo LGBTQ.

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La cadena de supermercados también está revisando su vinculación con el Orgullo y ciertos productos comercializados para niños. Además, no ampliará su Centro para la Equidad Racial, un compromiso filantrópico que adquirió hace cinco años y al que ha destinado cerca de 100 millones de dólares para reducir brechas raciales en educación, trabajo, salud o justicia. 

El pasado mes de agosto Ford también anunció cambios en sus políticas. Estos incluían la decisión de dejar de participar en encuestas culturales externas y en una encuesta anual de la Campaña de Derechos Humanos que mide la inclusión en el lugar de trabajo de los empleados LGBTQ+.

John Deere, Tractor Supply, Brown-Forman, Harley-Davidson o Morlson Coors son otras empresas que también han dado marcha atrás en sus esfuerzos por promover la diversidad y la inclusión. La eliminación de las cuotas, el fin de la presencia de las compañías en estudios sobre diversidad, o la supresión de la identificación de pronombres de los empleados, o recortar los presupuestos y los equipos destinados a DEI son algunas de las medidas que se han puesto en marcha. 

Se espera, además, que el enfriamiento de los esfuerzos en materia de diversidad e inclusión continúen, tanto en el sector privado como en el público, bajo la nueva administración de Donald Trump y unas instituciones lideradas por perfiles de carácter conservador. 

Voces críticas contra la rectificación de las empresas en materia DEI señalan que las organizaciones corren el riesgo de perder talento, especialmente aquel que atrajeron con sus medidas favorables a la diversidad; así como partners y colaboradores claves para sus negocios. Por otro lado, el retroceso en diversidad también podría verse reflejado en la comunicación y el marketing y, en consecuencia, en la representación de los usuarios a los que las compañías pretenden impactar. 

¿El fin de DEI en 2025?

Pese a todo, las políticas DEI no morirán en 2025, aunque será un año en el que se cree una brecha entre aquellas empresas que están dando marcha atrás y aquellas cuyos compromisos no se verán alterados. Entre estas últimas cabe mencionar el caso de la cadena de supermercados Costco, cuya junta directiva ha instado a los accionistas a votar en contra de una propuesta que solicitaba a la empresa la evaluación de los riesgos asociados a su política DEI. 

El movimiento demuestra la confianza de Costco en sus políticas. La compañía considera que la diversidad juega un papel fundamental en aspectos como su experiencia de compra o sus objetivos de sostenibilidad, particularmente en la diversidad de la fuerza laboral y la equidad en la cadena de suministro. 
Costco cuenta con un director de diversidad y con un programa de proveedores que prioriza las asociaciones con empresas pequeñas y diversas; y realiza donaciones a organizaciones que apoyan a las comunidades minoritarias.

El posicionamiento de Costco destaca entre una corriente creciente que están dando marcha atrás en diversidad. La cadena considera que la equidad y la inclusión es una estrategia fundamental para satisfacer las expectativas cambiantes de sus clientes y de sus equipos, no considera que sea un gasto, sino un aspecto esencial de su forma de conectar con el mercado y la sociedad.