“Esto puede parecer contraintuitivo, pero a veces es tan importante saber lo que no hay que hacer como lo que hay que hacer. Esta táctica es muy adecuada para dirigir la atención hacia lo esencial y dejar de lado lo que en ese momento no es importante”.
Son palabras de Jim Kwik, en un artículo publicado recientemente en la revista Fast Company en el que, como anticipo a su próximo libro, habla de gestión del tiempo y de la importancia de delimitar las tareas que nos imponemos para cada día.
Kwik es experto en desarrollo de la memoria y en lectura rápida
Kwik, de nacionalidad, estadounidense, es un conocido coach y especialista en desarrollo mental que difunde sus conocimientos a través de conferencias, libros y un podcast que, según su perfil en LinkedIn, acumula más de 50 millones de descargas.
Kwik es experto en desarrollo de la memoria y en lectura rápida y ha impartido sesiones personales sobre entrenamiento cerebral en compañías como Google, Nike, Facebook, Space X y GE, entre otras.
Jim Kwik señala en su artículo que, en el momento de iniciar un proyecto o un día atareado, pueden surgir dudas acerca por dónde empezar o en qué labores concentrarse. En este sentido, la ventaja de la lista de no-hacer es que deja ciertas tareas definitivamente a un lado. El autor señala que el problema habitual con las listas de deberes es que no priorizan ni asignan valores, recogen todo como si todo tuviera la misma importancia.
Para Kwik, es fundamental decidir de antemano lo que no tiene importancia y, en consecuencia, no ocuparse de ello, al menos por el momento. ¿Qué cosas debe incluir en esa lista? Kwik advierte, antes de especificarlas, que no está hablando de cosas como interactuar en redes sociales, sino de:
- Tareas que pueden ser importantes, pero que no es posible hacer porque ello depende de circunstancias externas que no están bajo nuestro control, como la recepción de un e-mail o la realización de su porción de trabajo por parte de un compañero.
- Tareas que piensas que han de hacerse, pero que no añaden valor a tu vida: son labores que quizá se pueden delegar o aquellas que nadie va a echar de menos si no se hacen “La idea aquí es emplear el tiempo en tareas que hagan avanzar tu vida y tus objetivos”.
- Tareas rutinarias que no precisan de atención adicional y que no merece la pena incluir en la lista de cosas que hacer, como preparar el almuerzo de los niños o una reunión de estatus con los compañeros al inicio de la jornada
La fuerza de los motivos
Después de hacer estas sugerencias, que en cierto modo pueden parecer de sentido común, Kwik explica en la segunda parte de su artículo que “cuando se trata de hacer algo en la vida, los motivos son los que nos conducen a la recompensa”. El autor se refiere a con ello a que para conseguir algo lo importante son las razones que nos empujan, no nuestro estado de bienestar. “Puedes sentirte maravillosamente y a la vez no terminar nada si tus razones para hacerlo no son lo bastante poderosas”.
“Puedes sentirte maravillosamente y a la vez no terminar nada si tus razones para hacerlo no son lo bastante poderosas”
Kwik cree que, por un lado, los motivos que tienen más fuerza son aquellos que están ligados a nuestro propósito vital, a nuestra identidad y a nuestros valores y, por otro, que es muy probable que haya una buena razón para hacer las tareas que precisan ser hechas, incluso las poco agradables. “No te gusta hacer la cena”, dice, “pero quieres que tu familia se alimente bien y entiendes el riesgo de abusar de los menús para llevar y de la comida rápida”.
El autor señala asimismo que, si adolecemos de falta de motivación para conseguir algo en la vida, seguramente se debe a que no hemos descubierto las buenas razones para ello. “Ten en cuenta tu pasión, aquello que quieres ser y tus valores: ¿cómo pueden ayudarte a crear la base para tu motivación”.
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