El escenario es reconocible para millones de trabajadores en la sociedad contemporánea: las herramientas tecnológicas que los vinculan al mundo, los mantienen informados y les simplifican determinadas tareas se han convertido en torrentes de notificaciones, mensajes, comunicaciones y alertas a través de múltiples pantallas: la bandeja del e-mail no para llenarse, suenan los avisos de mensajes nuevos en Discord o Slack, el móvil avisa de actividad en nuestros perfiles sociales, llegan mensajes por WhatsApp…
Esa abundancia se une a la incapacidad de resistencia a la eventual recompensa que prometen las notificaciones a y la progresiva reducción de la capacidad de atención, y tiene como resultado el salto constante y apresurado de una tarea a otra y la consiguiente merma de la productividad en el trabajo.
El modo monje apela al aislamiento, la tranquilidad y la concentración exclusiva en una tarea propios de la vida monástica
Este es uno de los efectos negativos más notorios de la distracción constante que genera la tecnología y con el objetivo de aliviarlo se vuelve a hablar mucho en redes sociales del modo monje, una técnica que estuvo de moda hace años entre altos directivos que apelaba al aislamiento, la tranquilidad y la concentración exclusiva en una tarea propios de la vida monástica como vía para mejorar el foco en el trabajo y, por tanto, la productividad.
Sobre la ayuda que puede suponer el modo monje para aliviar la distracción causada por la tecnología trata un artículo publicado recientemente en la revista Fast Company por Aakash Shah, inversor y asesor de start-ups, y Fundador y CEO de Wyndly, una compañía especializada en el diagnóstico y tratamiento online de afecciones alérgicas.
Shah escribe que el modo monje “capacita a las personas para liberarse del ruido digital y redescubrir su capacidad para concentrarse en lo que realmente importa. Sus defensores dicen que supone un enfoque transformador que estimula a la gente a dar un paso atrás ante el caos de la vida moderna y cultivar una relación más significativa con su trabajo y con ellos mismos".
Las mañanas monacales
Después de una serie de consideraciones generales, Shah aporta, desde su experiencia profesional y personal, una serie de pistas y consejos prácticos para incorporar este método a las tareas cotidianas y se centra en lo que él llama sus mañanas en modo monje ñ, a las que califica de tiempo sagrado de paz y propósito.
“Mientras disfrutas del primer sorbo de tu café mañanero”, escribe en torno cómplice, “te recomiendo que abraces la serenidad y aproveches la oportunidad de entrar en el modo monacal. Dedica ese tiempo precioso a un trabajo profundo e ininterrumpido, lejos de las garras de los teléfonos que suenan y de las bandejas de entrada rebosantes, aprovechando así tus niveles reforzados de energía y recogiendo la recompensa que supone completar tareas significativas en la primera parte del día”.
Seguramente habrá muchos trabajadores que piensen que Shah es un afortunado por poder disponer de esos momentos de aislamiento y concentración, y que sus empleos, llenos de tareas apremiantes y de clientes y jefes que exigen sin cesar y por todos los canales posibles, no les permiten tal lujo.
Pero, por si de algún modo es posible intentarlo, Shah da estas pistas:
- Bloquea tiempo de tu agenda para hacer trabajo ininterrumpido
- Despeja tu espacio de trabajo
- Usa auriculares antirruido o escucha ruido blanco para evitar distracciones
- Comprométete a no chequear las notificaciones
- Usa un temporizador y silencia el teléfono
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Consejos para CEOs
En el mismo artículo, y partiendo de su experiencia como emprendedor y CEO, el autor elabora una serie de consejos más sobre la manera en que los CEOs y líderes empresariales pueden emplear las mañanas en modo monje y, así “liberar niveles nuevos de productividad, creatividad y claridad mental”. Son estos:
- Dedicar tiempo al trabajo en profundidad y convertirlo en un compromiso innegociable para asegurarse de poder trabajar sin interrupción en las tareas fundamentales
- Priorizar la toma de decisiones estratégicas: ese tiempo reservado debe servir para analizar datos, determinar objetivos y tomar decisiones bien informadas
- Crear un espacio mental para la resolución creativa de problemas: hacer, sin distracciones, un brainstorming individual para encontrar soluciones innovadoras a los retos de la empresa
- Afinar las capacidades como líder: estudiar sobre liderazgo, leer sobre líderes de éxito y reflexionar sobre el feedback de los empleados
- Visualizar el largo plazo: imaginar el futuro de la compañía y trazar planes estratégicos de expansión o desarrollo de producto.
- Estudiar la posibilidad de delegar y liberar así tiempo para las tareas más importantes.
La nueva vigencia del modo monje ha hecho proliferar en redes los vídeos sobre el mismo y las recomendaciones laborales que de él se pueden derivar. Algunos, como es propio del medio, adolecen de superficialidad, pero los consejos concretos de Shah, aunque no son fáciles de aplicar, sí pueden ayudar a disfrutar más de ciertas tareas y a obtener más jugo personal y profesional del trabajo. “Cuando te despiertes cada día”, dice para terminar, "recuerda que tu tiempo es sagrado, así que protégelo con fuerza y aprovecha el ‘modo monje’ para vencer al cerebro TikTok de una vez por todas”.