Javier Campo, Presidente de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), ha pronosticado que España será el último país de la Unión Europea en salir de la crisis actual por su dependencia de los sectores más gravemente afectados: turismo, ocio y restauración.

Durante el Foro ‘Economía Post COVID-19’, organizado por Next Education, Javier Campo también ha situado en las ayudas bancarias y a empresas una de las razones de la lenta recuperación. “Pondremos un 11% del PIB en ayudas bancarias a disposición de las compañías, que es una cifra importante, pero menor al 15%-20% que están destinando países de nuestro entorno”.

De esta forma, el Presidente de AECOC señala que la economía española no volverá a los indicadores del año pasado hasta el tercer trimestre de 2022. Y estas previsiones están sujetas además a que no se produzcan nuevos brotes de la pandemia que afecten a la economía y a que se logre encontrar una vacuna durante el primer trimestre de 2021.

En este sentido, Javier Campo considera necesario analizar los años 2020 y 2021 en conjunto para incorporar el efecto rebote que tendrá la economía el próximo año, y cifra la caída del PIB en el 4,5% aventurando la destrucción de 800.000 puestos de trabajo.

A pesar de las duras perspectivas, el directivo valora positivamente el esfuerzo de la UE por facilitar liquidez a los países para evitar repetir el mismo escenario de la crisis financiera de 2008. Asimismo, asegura que tras el actual shock de oferta provocado por el cierre de negocios, se producirá una crisis de demanda en la siguiente fase. Sin embargo, dicha demanda se verá afectada por la reducción de la renta disponible y la caída de la confianza del consumidor.

El futuro de la economía española

Por tanto, en los próximos meses se espera una contención del gasto y la búsqueda de experiencias seguras, lo que favorecerá el desarrollo del comercio electrónico y de todos aquellos negocios que eviten que la gente salga de casa.

De cara al futuro, Javier Campo propone revisar los planes de riesgos empresariales. “Tenemos muy bien identificados aspectos como incendios y ataques informáticos, pero no teníamos prevista una falta de disponibilidad de las personas, que resultan indispensables para mantener la actividad”, explica el directivo.

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Además, la necesidad de minimizar el riesgo de las producciones deslocalizadas jugará a favor de la producción local, mientras que se reestructurarán las cadenas de suministro para lograr una mayor eficiencia.

Como consecuencia de la crisis del coronavirus, la supervivencia de muchos comercios, restaurantes y bares está en riesgo. Por ello, el Presidente de AECOC ha recalcado la necesidad de favorecer medidas como la flexibilización de los ERTEs y apoyar la solvencia de las compañías. “Los 100.000 millones de avales puestos a disposición por el Gobierno servirán, en muchos casos, para paliar las pérdidas generadas en esta crisis, pero muchas empresas seguirán con balances quebrados y pueden acabar cerrando si no se garantiza su solvencia”, ha sentenciado.