El 75,2% de los españoles entre 18 y 35 años consideran que su vida empeoraría si desapareciera internet. Y el 45,3% opinan lo mismo si lo hicieran las redes sociales, una cifra que se eleva hasta el 52,4% en el caso de los usuarios más jóvenes. Son datos que evidencian el papel preponderante del ecosistema digital entre las nuevas generaciones, así como la transformación de los hábitos en términos de entretenimiento o comunicación.
Se recogen en el estudio ‘Jóvenes y humanismo digital en España’, impulsado por The Future Game, laboratorio de participación juvenil e innovación social creado por la firma de innovación empresarial Dot. El análisis, elaborado por la agencia de investigación 40dB, ha tenido en consideración 1.000 entrevistas realizadas en julio del año pasado a personas de entre 18 y 35 años residentes en España. El objetivo ha sido determinar los usos que los jóvenes hacen de la tecnología, cómo son sus relaciones personales en internet o cómo se enfrentan a la privacidad y seguridad de sus datos.
Aplicaciones de la tecnología
Una de las principales conclusiones que arroja el informe es la aplicación de la tecnología y la conectividad al entretenimiento. Y es que el 30,3% de los encuestados afirman que poder ver contenido de entretenimiento, como series o películas, es el servicio más importante en su vida cotidiana. A esta aplicación le siguen poder estar informado de lo que ocurre en el mundo (27,3%) y poder aprender algo que no sabía (27%).
Los jóvenes españoles entienden internet, y por extensión el conjunto de la tecnología, como una parte fundamental de su día a día. Sin embargo, cabe destacar que el 26,5% de los entrevistados no estarían dispuestos a ceder ningún dato personal para el desarrollo de aplicaciones que mejoren su vida diaria. No obstante, el 42% cederían su número de teléfono para dicho fin, mientras que el 35,1% facilitaría su historial médico, el 22,1% su dirección fiscal y el 14,3% su información fiscal. Aunque hay diferencias en cuanto a género y edad, ya que los hombres y los más mayores se muestran más predispuestos a facilitar este tipo de datos.
Por otro lado, el estudio también analiza la utilidad de la tecnología en el hogar. La aplicación que se considera más útil es que la casa fuera capaz de apagar la luz cuando la persona se duerma (45,8%), seguido de cerca de que la nevera y otros aparatos de cocina impidieran determinada alimentación si esta supone un riesgo para el individuo.
El 59,7% de los encuestados opinan que la IA debería tener identidad propia
La investigación se detiene en la inteligencia artificial y establece que el 59,7% de los encuestados opinan que la IA debería tener identidad propia que le permitiera tomar decisiones de forma autónoma, aunque el 47,6% de ellos lo afirman con reservas. Por otro lado, de tener un robot inteligente en su hogar, el 43,1% desearían que tuviera una forma de ser divertida, mientras que al 38,5% les gustaría que fuera servicial.
Asimismo, a casi el 43% de los encuestados no les gustaría que la inteligencia artificial tuviera sus propios valores, mientras que otros valorarían positivamente que opinara sobre igualdad (31,6%) o ideología (30,7%). Por otro lado, el 18,8% no le daria poder absoluto a la IA para que le impidiera cometer errores. No obstante, el 51,3% de quienes sí se lo darían, lo harían en el territorio del cuidado del medio ambiente.
Relaciones en entornos digitales
Como se ha comentado al principio, el 75,2% de los participantes en el estudio consideran que su vida empeoraría si desapareciera internet, cifra que desciende hasta el 45,3% en el caso de las redes sociales y al 37,5% para los grupos de WhatsApp. Por consiguiente, el 54,7% aseguran que su vida mejoraría o permanecería igual si desaparecieran las plataformas sociales, dato que crece hasta el 62,5% para la citada app de mensajería.
Con todo, en este apartado el informe también considera actividades no digitales, y determina que el 67,1% de los encuestados consideran que su vida empeoraría si no pudieran viajar a otros países. El 63,2% opinan lo mismo en el caso de la práctica de deporte en espacios abiertos.
A este respecto, el 31,3% entienden que perderían sus relaciones sociales menos íntimas si abandonaran el entorno digital, esto es, principalmente las redes sociales y WhatsApp. Por su parte, el 28,3% asegura que perderían la posibilidad de conocer gente nueva, y el 18,1% a sus amigos íntimos.
La identidad digital también es objeto del estudio de The Future Game. El 54,1% de los participantes señalan que les ha costado poco o nada crear y mantener su identidad en el entorno online, frente al 38,9% que señalan que les ha costado mucho o bastante. Con todo, el 63,2% aseguran que la gente no puede conocerles solo a través de su identidad digital.
En términos de seguridad, el 28,4% afirman sentirse más seguros relacionándose fuera de los entornos digitales, frente al 24,3% que se sienten más seguros dentro de estos espacios. En esta línea, alrededor del 70% comparten que les da miedo mantener una relación digital con alguien que no conocen físicamente; y más del 63% desconfía de la gente con la que solo se relaciona en entornos virtuales. Cabe destacar que casi el 25% sostienen que podrían llegar a tener una relación sentimental con un robot con inteligencia artificial.
Impacto del entorno online
La omnipresencia del entorno digital tiene consecuencias tanto en la salud física como en el bienestar emocional de los usuarios. La fatiga visual (29,1%) y la fatiga mental (18,3%) destacan como las principales sensaciones que perciben los encuestados al final del día tras pasar tiempo frente a dispositivos como el ordenador, smartphone o pantallas en general. Sin embargo, el 59,6% consideran que el tiempo dedicado en dispositivos digitales les sirve para construir lo que quieren ser; mientras que el 40,4% restante entiende que es un tiempo que ha robado a su vida real.
Por otro lado, casi el 70% opina que se debería tener derecho a borrar todo el pasado digital, frente a casi el 32% que consideran que hay que hacerse responsables de él. En cuanto a los problemas que se entienden como más comunes en el entorno online que en el offline, la suplantación de la identidad (91,5%) ocupa la primera posición, seguido de los insultos (76,1%) o el robo de dinero (58,1%).
Privacidad y datos personales
El estudio dedica un apartado a analizar los hábitos de los usuarios en lo que respecta a la privacidad y la protección de sus datos. Según se indica, preocupación, molestia y miedo son las principales sensaciones experimentadas al saber que empresas, marcas y otras entidades pueden estar accediendo a sus datos mientras navegan por internet.
Pero muchos de los internautas toman medidas para protegerse en el entorno online. Así, no hacer clics en enlaces sospechosos (58,1%), no compartir claves con nadie (49,7%) o no dar información profesional por email o WhatsApp (46,2%) son las más puestas en práctica por los encuestados.
El 65% de los encuestados aseguran leer siempre o algunas veces los contratos de protección de datos. En el supuesto de poder añadir cláusulas o condiciones a un contrato en el que ceden sus datos, más de la mitad de los usuarios incluirían la obligación de recibir información sobre el uso que se hace de su información, así como la de recibir pruebas de la destrucción de sus datos una vez que ha vencido el contrato. También contemplan la posibilidad de poder rescindir dicho acuerdo fácilmente en cualquier momento, o fijar una retribución económica si los datos se usan para fines comerciales.
Por otro lado, el informe también pone el foco en el nivel de temor de los usuarios a ceder sus datos personales a determinadas entidades. A este respecto, el mayor miedo se percibe en relación a los pequeños comercios (52,6%), y el menor temor ante las grandes compañías tecnológicas, como Amazon o Google (30,5%).
Con todo, el usuario es consciente de cuando las empresas o instituciones están haciendo usos de sus datos. El 59% de los participantes en la investigación comparten que en alguna ocasión han sentido que el ordenador sabía cosas de su vida que no le había contado; mientras que el 33,7% ha tenido la sensación de que espiaban sus conversaciones en el móvil.
“El odio en las redes, cómo afectan estas a la salud mental, la gestión de los propios datos, de la intimidad, de la huella digital. Sin querer eliminar internet de sus vidas, los jóvenes reclaman una redefinición de estos y otros muchos factores desde una visión más humanista”, explica Olatz Ibarretxe, Founding Member y Creative Director de Dot.
Más info.: Jóvenes y humanismo digital en España