Lecciones del activismo para las empresas: del “síndrome del salvador” a la ejecución de soluciones

  • Recogemos las conclusiones de una de las conversaciones mantenidas en la tercera edición del Public Affairs Forum
  • "Se pueden construir modelos de negocio basados en el propósito, porque lo contrario son empresas sin alma"
Ilustración de manos agarradas formando un círculo

Las empresas pueden aprender mucho de asociaciones con fines sociales, activistas y organizaciones sin ánimo de lucro. Y viceversa. Y lo pueden hacer en terrenos que van más allá de los valores, el propósito y el impacto positivo, como el liderazgo, la gestión o la planificación estratégica. 

Así se puso de manifiesto durante la celebración de la tercera edición de Public Affairs Forum, el encuentro de directivos de Asuntos Públicos en España. La cita fue organizada por NITID Corporate Affairs (antes MAS Consulting) en colaboración con Apple Tree y Dircom, el pasado 14 de noviembre. 

La tercera edición del encuentro se ha centrado en el activismo y sus oportunidades

La edición se llevó a cabo bajo el concepto “El activismo social en la agenda pública: lecciones y oportunidades para el mundo corporativo”, y en su primera mesa de debate, moderada por Luis Aguado, Socio Director de More in Common reunió, precisamente, a individuos y organizaciones activistas. 

Así, los asistentes pudieron conocer mejor la labor de Adopta un abuelo, a través de su CEO, Alberto Cabanes. Como explicó, la organización ofrece un programa intergeneracional de compañía para personas en riesgo de soledad y a través de su plataforma conecta personas mayores solas con voluntarios que les acompañan de manera recurrente.

Por su parte, Majo Gimeno, CEO y Fundadora de Mamás en Acción, acercó a la actividad de esta asociación que cuida de niños y niñas hospitalizados que no tienen padres o de los que éstos no pueden hacerse cargo. Así, brinda acompañamiento durante hospitalizaciones, independientemente de la tipología de enfermedad que padezcan. 

Y Olivia Mandle, activista medioambiental, compartió su trabajo. La joven es divulgadora y defensora de los derechos de los animales. Desde hace más de cuatro años impulsa la campaña social “No es país para delfines”, con la que conciencia y presiona para lograr el cierre de los delfinarios en nuestro país. 

Todos ellos compartieron sus experiencias de emprendimiento social, sus motivaciones para hacerlo y la naturaleza de su actividad. También reflexionaron sobre la percepción del tercer sector o la compleja relación con la administración, tanto en términos de financiación o independencia como de colaboración o burocracia. 

Desde Reason.Why en este artículo recogemos algunos de los puntos clave de la conversación, porque entendemos que pueden resultarte útiles e inspiradoras en tu toma de decisiones en el día a día, el desarrollo estratégico de tu compañía o tu visión del liderazgo, así como tu gestión emocional individual. 

La importancia del autocuidado

Este fue, precisamente, uno de los puntos que reflejaron la convergencia entre las organizaciones sociales y las empresas, ya que los ponentes compartieron aquello que les desmotiva y aquello que les ayuda a seguir adelante con sus proyectos. Todos sacan energía del impacto positivo que generan en las personas y en el entorno, pero reconocen que el activismo y la lucha o defensa de una causa puede llegar a impactar en el bienestar.

Alberto Cabanes (Adopta un abuelo) destacó la importancia del autoconocimiento y el autocuidado. “Cuando emprendes hay un momento en que no se distingue entre persona y proyecto”, comentó. “Yo procuro practicar el desafecto a la causa, es decir, cuidarme a mi mismo para no poner en peligro ni mi trabajo ni la organización”. 

Por su parte, Majo Gimeno, (Mamás en Acción) señaló como imprescindible desactivar el “síndrome del salvador.”Hasta hace poco me quitaba la energía pensar que siempre se puede hacer más, y también las expectativas del resto del mundo. La carrera de fondo para que todo el mundo te quiera es agotadora. Pero he entendido que uno sólo puede intentar dar lo mejor de si mismo y hacer lo que está en su mano”. 

Lecciones para las empresas

Los ponentes también compartieron con la audiencia algunas lecciones que consideran que las grandes compañías pueden aprender de su labor y actividad, desde la consecución de objetivos con recursos mucho más limitados, hasta procesos o la gestión de la relación con los stakeholders o la sociedad. 

Cabanes, por ejemplo, destacó la relevancia de contar con un propósito y de tener una misión más allá de los meros resultados económicos. “Las empresas deben aprender a tener un propósito y que la consecuencia de este sea la actividad económica. Se pueden construir modelos de negocio basados en el propósito, porque lo contrario son empresas sin alma que toman decisiones erróneas en contra de las personas y el planeta solo por conseguir un objetivo que marca el mercado”. 

Por su parte, Olivia Mandle invitó a valorar el poder de ejecución de los activistas. “Los activistas son personas que pasan a la acción, que buscan soluciones a problemas y las ejecutan”, expuso. “Muchas veces los esfuerzos de las empresas se quedan simplemente en el papel y no se llevan a cabo. Las compañías pueden involucrar a los activistas, unir fuerzas y tomar decisiones para cambiar las cosas”. 

Las empresas deben abrazar e impulsar su poder de influencia para el impacto positivo

Por su parte, la CEO de Mamás en Acción animó a las empresas a impulsar su poder de influencia y generación de impacto positivo, como hacen las asociaciones, y también a mirar más allá del valor económico. No obstante, también puso sobre la mesa lo que las organizaciones sociales pueden aprender de las compañías, como la profesionalización de la actividad, la gestión de recursos, la planificación estratégica a largo plazo o la financiación.

La relación entre las empresas y el activismo

La relación entre las compañías y los activistas, que en ocasiones puede ser fuente de tensión por la presión que los segundos ejercen sobre los primeros, también fue uno de los puntos de la conversación durante Public Affairs Forum. Los ponentes señalaron que si bien en muchos ocasiones es necesaria la colaboración para lograr cambios reales y tangibles, en otras se dan situaciones de oportunismo. 

La autenticidad de la alianza es clave, según comentó Olivia Mandle. “Sólo trabajo con empresas a las que pueda aportar algo y puedan aportar a la causa que defiendo; con las que tenga valores alineados", señaló durante su intervención. “El greenwashing es un problema grave y ya no tiene razón de ser. Las empresas han de ser honestas con lo que transmiten al público y lo que piden a la gente”. 

Sobre esta misma idea reflexionó el CEO de Adopta un abuelo, recalcando que la clave debe ser la aportación de valor, en ambas direcciones.A nosotros, por ejemplo, nos costó mucho comenzar a trabajar con las residencias, que nos abrieran las puertas. Pero nos las comenzaron a abrir cuando vieron que venía a ayudar y a sumar valor, no a denunciar que algo no está bien, que es algo que evidentemente también hacemos cuando es necesario”, señaló Cabanes. 

La comunicación en el activismo

A lo largo de la mesa de debate también hubo un momento para poner el foco en la comunicación y el papel que desempeña en la labor que realizan los activistas y las organizaciones sociales. Los ponentes coincidieron en la importancia de hacer una gestión interna o personal de sus canales como vía para trasladar de la mejor manera sus mensajes. 

En el caso de Adopta un abuelo, el CEO de la organización explicó que cuentan con un equipo interno de cuatro profesionales que se encargan de la producción y edición de vídeos, y de las comunicaciones en redes sociales, entre otras cosas. Aunque para piezas muy concretas cuentan con una productora externa. También destacó su involucración, como líder del proyecto, en la comunicación. 

Por su parte, Majo Gimeno compartió su experiencia con la externalización y el apoyo en partners. “Les hemos contado lo que hacemos, pero sentíamos que algo no estaba del todo alineado. Ahora contamos con una persona que gestiona la comunicación y se nota que vive lo que hacemos, que conoce el mensaje, y se aprecia en la transmisión del discurso y los valores”.