Sin glamour, sin contraste y sin capacidad para ocultar manchas y desperfectos. Fueron algunas de las críticas del público hacia la alfombra de color champán por la que apostó la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas para la celebración de los premios Óscar el año pasado. Un movimiento cuestionado que se busca enmendar ahora con la recuperación del tradicional color para la alfombra roja. 

Así, invitados y nominados desfilarán el próximo domingo 10 de marzo sobre la habitual alfombra roja, desplegada esta semana ante el Dolby Theater de Los Ángeles. De esta forma, la 96 edición de los más destacados premios de la industria cinematográfica regresa al tono habitual de este tipo de eventos y recupera la tradición. 

Según recoge The New York Times, los Óscar adoptaron la alfombra roja a partir de la ceremonia de 1961 y, de hecho, el tono empleado recibe el nombre “Academy red”. No obstante, el uso la alfombra roja en eventos de renombre se remonta a hace siglos, y ha estado vinculado a la realeza, siendo sinónimo de rango y privilegio. El elemento se institucionalizó en Hollywood la década de 1920, a partir del estreno de “Robin Hood”, protagonizada por Douglas Fairbanks. 

El desvió del tradicional color para la gala del año pasado supuso el primer cambio en la alfombra en más de seis décadas. El color champán del tejido se vio, además, aderezado con la instalación de una carpa de color naranja con la intención de proteger a los asistentes ante la tormenta pronosticada para el día de la ceremonia. La conjugación de tonos, según la organización, buscaba evocar la calma y relajación propios de los atardeceres en la playa. 

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Con todo, aquel cambio fue un reflejo de una tendencia creciente en el sector de los eventos a desafiar la tradición alrededor de los colores de las alfombras. Sin ir más lejos, la alfombra de los Emmy 2023 fue de color gris y la de los People’s Choice Awards 2024 fue verde. En consonancia con la película, la alfombra del estreno de “Barbie” fue de color rosa; y la del Festival de Eurovisión, en alusión a la identidad europea, es tradicionalmente azul. 

De cara al domingo el rojo volverá a ser protagonista, tal y como evidencia la pieza textil de casi 300 metros de largo que adorna ya, y hasta el próximo 13 de marzo, la entrada al teatro. El tono contrastará con las cortinas de color beige que adornan ya la carpa instalada en el Paseo de la Fama para acoger el evento.