10 consejos para montar una agencia de publicidad. Paul Venables ha trabajado en JWT, Ogilvy y Grey, entre otras agencias de publicidad. Podemos decir que sabe de lo que habla, ¿no?

A través del portal AdAge, comparte con nosotros algunos truquillos para que nuestra agencia, si decidimos montarla, no se vaya al garete.

1. El mundo no necesita otra agencia más

Lo de siempre. Cuatro o cinco amigos, con buen aspecto y de diferentes partes del mundo, que prometen dar un servicio que vaya más allá del que ofrecen las demás agencias.

¿Y si pensamos en enfocar el proyecto en otra dirección? La gran mayoría de empresas sigue tratando a sus trabajadores como meras piezas de su gran máquina y a los clientes, como fuentes de ingresos con patas. 

¿Y si probamos a tratarlos como a seres humanos? Eso sí que puede ser algo que la gente valore.

2. La ‘recesión económica’ no nos viene del todo mal

Cuando el dinero empieza a escasear, muchas empresas empiezan a plantearse el dejar de pagar las millonadas que pagan a las agencias de publicidad grandes. Probablemente, muchas compañías tendrán que optar por algo más... de andar por casa.

Y ahí es donde estaremos nosotros. Es imposible competir con los ‘grandes’ en cuanto a reconocimiento y demás, pero sí que podemos competir en precios. Cuando una empresa no pueda gastarse lo que le exige esa ‘súperagencia’, probablemente buscará algo más pequeño. ¡Es perfecto para los que están empezando!

3. Nuestra identidad NO es secreta

Cada tuit, cada noticia, cada frase que decimos debe tener el color de nuestra agencia. Y aunque la frasecita que le hayamos puesto debajo del nombre sea genial y suene de maravilla, la idea es que repitamos una y otra vez cómo se llama nuestra agencia, para que se le vaya metiendo a la gente en la cabeza.

4. Motivación sí, pero interior

Si el objetivo de nuestro proyecto es ganar premios, romper YouTube y partirla en Twitter, mal vamos. El reconocimiento que debemos buscar tiene que estar enfocado a mucha menor escala. Lo que realmente nos importa son las distancias cortas.

Además, si reventamos alguna red social algún día, probablemente sea para ponernos verdes por alguna metedura de pata que hayamos liado. Mejor que las aguas estén en calma.

5. Un líder, no un jefe 

Aunque ya hayamos oído esto hasta hartarnos, no puede ser más verdad. Al principio el sueldo no será muy alto, habrá que trabajar muchas horas y los sacrificios estarán a la orden del día.

Y no hay que ser ningún gurú, de esos oradores que viven en una furgoneta al lado del río. Simplemente hay que hacer una cosa: creer en nuestro equipo.

6. Basarse en hechos, no en palabras

Los mejores cimientos sobre los que podemos construir nuestra agencia son los casos prácticos. Hoy en día, la mayoría de empresas parecen más bien campañas políticas.

Una conferencia brutal, con mogollón de tácticas inteligentísimas, sirve como mucho para apuntar un par de ideas y aplicarlas a nuestro negocio. Raramente nadie va a apostar por nosotros si solo le mostramos palabras; hay que ofrecer hechos.

7. La solidaridad funciona

Ya sea en proyectos grandes, en campañas puntuales o incluso en días sueltos, alguna que otra acción solidaria es fundamental. La energía positiva que surge de estas experiencias es la clave para que la gente imprima todos esos sentimientos sobre nuestra marca.

Si conseguimos algo de buzz por hacer alguna obra caritativa, podemos tener a todos en la palma de la mano.

8. La publicidad es el arte de ganarse a la gente

Sí, hay que ganarse al público, pero de buenas maneras. La publicidad es el arte de la comprensión, las relaciones y las conexiones entre las personas.

Y aunque al principio parezca que sí, no nos ganaremos a nadie ni mintiendo, ni prometiendo utopías, ni abrumando con demagogia barata. Hay que apoyarse en la tecnología para nuestros trabajos, pero en ningún caso intentar impresionar con ella.

9. Cuidar de los nuestros

Si estamos en una fiesta de la agencia en un bar y al ir al baño nos cruzamos con un personaje tendido en el suelo boca abajo... Quizás sea el director de nuestro nuestro proyecto y quizás necesite ayuda para llamar al taxi que le llevará a casa ;)

10. ¡Gracias!

Hay que dar las gracias. ¿Crees en Dios? Dale las gracias a Dios. ¿En la suerte? Pues dale las gracias al crupier. Si atribuimos nuestro éxito a un maestro-mentor-amigo del alma... ¡Dadle las gracias!

Y sea cual sea el caso, tenemos que darle las gracias a nuestra familia. Seguro.

Y es que es de bien nacido...