Stanley Bendelac, uno de los personajes clave de la historia de la publicidad española, falleció en Madrid el pasado 24 de julio. Natural de Tánger, Bendelac estudió en el Liceo Francés y posteriormente marchó a París para estudiar Administración de Empresas, en la Escuela de Estudios Superiores de Comercio (HEC).
Al finalizar sus estudios comenzó a trabajar en el sector de la promoción de ventas, donde ejerció durante cuatros años. Su sueño era el de fundar y dirigir una agencia en el sector, y con ese objetivo se instaló en Madrid a la edad de 26 años.
Sin embargo, y tras varios años en Madrid, en lugar de fundar una agencia de promoción de ventas creó una agencia de publicidad, decisión que le llevaría a ser uno de los grandes publicistas de España. En cuanto al por qué de esa decisión, Bendelac afirmó: “me di cuenta de que el poder y el tamaño se concentraban en la agencia de publicidad de servicios plenos, que es lo que imperaba por aquel entonces". Por ello, y a la edad de 29 años, Bendelac fundó la agencia Delvico y comenzó a trabajar con su entonces único cliente: Citröen.
Una vida entregada a la publicidad
Desde que fundara Delvico, Stanley Bendelac dedicó su vida entera a la Publicidad.
A principios de 1980 Bendelac creó una segunda empresa. Esta vez se trataba de la agencia de medios Central Media, de la que fue presidente hasta el año 1997. Hoy en día Central Media es la agencia de medios Zenith Optimedia, la segunda agencia de medios de España, dedicada a garantizar el óptimo resultado del ROI a las empresas. Pertenece a la multinacional francesa Publicis, uno de los cuatro grandes macrogrupos del sector.
Por otra parte, Delvico se vendió al Grupo Bates en 1985, proceso por el que la empresa pasó a ser parte de Bates Worldwide bajo el nombre “Delvico Bates”. En la organización de Bates Worldwide Stanley tuvo la oportunidad de ocupar varias posiciones, tales como Director Regional para el sur de Europa, Director General de Bates Europa y África, y Presidente de Bates Latinoamérica. Con estos movimientos consiguió reorganizar las agencias de varios países: desde Finlandia, hasta Sudáfrica o Argentina.
Perteneció a la junta directiva de la AEAP (Asociación Española de Agencias de Publicidad), y fue cofundador del Festival de Publicidad de San Sebastián en 1986, certamen que hoy conocemos como El Sol.
Y hablando de festivales, por supuesto también fue jurado de otros certámenes, como el Eurobest, los premios EFI o Cannes Lions.
En cuanto a reconocimientos, la Universidad Antonio Nebrija le otorgó en 2008 el premio a la “Mejor Trayectoria Profesional”, y en 2011 fue elegido Miembro de Honor de la Academia de la Publicidad.
Y es que la trayectoria profesional de Bendelac le ha llevado a trabajar con un gran número de clientes, de la talla de Citröen, Mercedes Benz y Henkel, entre otros.
Publicista y escritor
Además de ejercer su actividad en agencias de publicidad, Stanley Bendelac también escribió dos libros cuyas historias giran en torno al sector publicitario:
- "Nunca tires la toalla"
En este libro, escrito en 2006, Bendelac relata quince historias del mundo de la industria publicitaria.
Contadas desde una perspectiva humanista y de espíritu emprendedor, todas son experiencias vividas por el autor a lo largo de su carrera profesional, y tienen lugar en ciudades como Madrid, Barcelona, Helsinki, Lisboa, Miami, Nueva York, Johannesburgo, París, Buenos Aires y Londres.
- "Lo importante no es cómo te caes, sino cómo te levantas"
Este título fue escrito en 2010, y en él Bendelac intenta narrar las claves para sobreponerse a las caídas personales y profesionales, hacer uso de la resiliencia y superar toda clase de obstáculos en la vida.
Para ello, el publicista cuenta 6 historias reales sobre su vida personal y profesional, en las que aparecen “las trampas en las que solemos caer” y “las palancas que debemos utilizar” para sobreponernos a cualquier situación.
Aunque si hay un aspecto de Stanley Bendelac que muchos recordarán, es su personalidad transparente y llana. Como él mismo afirmaba: “Me gusta leer, me gusta el mar, me gusta esquiar, me gusta escuchar y me gusta dar más que recibir. Lo importante es el camino. Para mi lo importante es el viaje más que el destino. Me gusta sentirme en un proceso de aprendizaje provocador y continuo”.