Las marcas publican unos 400 mensajes en redes sociales al año. La gran mayoría de ellos, son mediocres. Para destacar en esta marea de información no hace falta ser ningún genio. Sólo hay que plantearse bien la forma de comunicar en redes sociales.
Desde MarketingMag nos recomiendan hacernos estas 6 preguntas antes de dar click al botón de “publicar”:
1. ¿Por qué voy a publicar esto?
Si la respuesta no es “porque es relevante y tiene valor para mi comunidad”, es el momento de soltar el ratón y pararse a pensar un momento.
Los mensajes de una marca en redes sociales nunca deben ser de relleno. No vale publicar porque es la hora a la que toca, o porque nos lo ha dicho el jefe o porque esa foto es muy divertida. Hay que pensar siempre en el usuario, por qué va a querer ver ese contenido y compartirlo con sus amigos.
2. ¿Para quién es?
La comunidad de una marca no son sólo sus clientes. Las comunidades están llenas de curiosos con un interés moderado en la marca, pero que se cansarán si nos ponemos pesados intentando venderles cosas.
En Social Media no buscamos vender, sino crear conversaciones. Y para conseguirlo tenemos que formar parte de la comunidad que hemos creado, no ser el mensaje publicitario intrusivo.
Es muy útil escuchar el lenguaje de nuestros propios clientes. Las preguntas que nos hacen pueden ser un buen punto de partida. Es esencial también matener la coherencia.
3. ¿Qué quiero conseguir?
Cada tipo de contenido generará una respuesta diferente en los usuarios. Las publicaciones en texto suelen recibir más comentarios, especialmente si son preguntas. Las imágenes se comparten más veces y los enlaces generan tráfico a la web.
Cada uno de nuestros posts debería perseguir un objetivo concreto, y solamente uno. Si queremos conseguir tráfico y likes al mismo tiempo, probablemente acabemos publicando algo confuso, y no conseguiremos ninguna de las dos cosas.
4. ¿Cuándo voy a publicar?
La vida útil de un tuit es de 7 minutos. La de una publicación de Facebook, entre los 0 segundos y las 2 horas, dependiendo del EdgeRank y la calidad de nuestro contenido.
Tenemos que intentar que esa corta vida coincida con las horas en que nuestros usuarios son activos. Por suerte, hay cientos de herramientas, gratuitas y de pago, para analizar esta información. Es el momento de usarlas.
5. ¿Dónde lo voy a publicar?
Si todas las redes sociales funcionaran exactamente igual y sirvieran para comunicar lo mismo, nadie usaría más de una. En Twitter, no podemos pasar de los 140 caracteres. En Tumblr, los gifs son los reyes de los reblogs. En Instagram, las imágenes dramáticas consiguen más likes. En Pinterest, añadir un precio a la imagen genera más tráfico en la web.
Hay que usar cada plataforma con un lenguaje específico. Seguro que nunca le diríamos a un cliente: “Sígueme en Twitter, Facebook, Linkedin, Tumblr, Instagram y Pinterest. Publico exactamente lo mismo en cada una de ellas”.
6. ¿De qué otra forma puedo contarlo?
A medida que cogemos práctica en las redes sociales, somos más rápidos en escribir y compartir. Por eso, la mayoría de publicaciones en Internet son mediocres.
Publicaciones en Facebook, tuits, imágenes en Pinterest... son textos publicitarios.
Los spots de televisión se revisan y editan varias veces, el diseño de un producto pasa por diferentes cambios antes de lanzarse. Y las publicaciones en Social Media tendrían que revisarse de la misma forma.
Es buena idea reescribir el texto varias veces. Como norma general, cuanto más corto, mejor. También vale la pena pensar si podemos transmitir ese mensaje de forma visual.
Es el momento de hacernos las 6 preguntas de esta lista.
Y, por último, preguntarnos a nosotros mismos: ¿A mí me gusta? ¿Haría clic en esta publicación? ¿La compartiría?