Un sofá verde lima en Central Park, cojines y cientos de celebrities de Instagram con sus perros. Así era la estampa en la última acción promocional de Scotch-Brite. Y es que la marca se ha unido a la tendencia de recurrir a las mascotas de aquellos usuarios más populares para darse un impulso comercial.
En el caso de los perros, algunos tienen incluso su propia cuenta con cientos de miles de seguidores. Es el caso de Toast (@toastmeetsworld), un perro de rescate con 379.000 seguidores Instagram, famoso por su lengua colgando, o de Louboutina (@louboutinanyc), el "perro que abraza" con 168.000 seguidores. Son los llamados “pupfluencers“.
En el evento de Scotch-Brite, aficionados y transeúntes hacían cola para tener un selfie con los perros. La revista People lo retransmitía el momento en Facebook Live y el moderador preguntaba: “¿Cómo son de importantes para vosotros los quita pelusas?”.
Así, la marca buscaba promocionar un rodillo que quita pelos y pelusas apoyándose, precisamente, en uno de los causantes de que este utensilio sea necesario: los perros.
Y dado el auge del marketing de influencers, la extensión al reino animal era inevitable dado el elevado volumen de fotos de animales que podemos encontrar en Instagram.
En Nueva York hay una agencia que representa a los animales de las celebrities. Se llama “Dog Agency” aunque entre sus 80 representados también encontramos un erizo, un cerdo y un par de monos con más de un millón de seguidores. De hecho, los perros que acudieron al evento de Scotch-Brite pertenecían a esta agencia.
Algunos dueños han dejado su trabajo por los ingresos que les aportan los patrocinios de sus mascotas. Y es que por cada pieza de contenido pueden llegar a ingresar entre 3.000 y 10.000 dólares.
Las marcas han encontrado en las mascotas en general, y en los perros en particular, un filón que les permite impulsar sus estrategias comerciales. Porque los perros nos unen, más allá de las diferencias de raza, sexo o religión; y porque los perros hacen felices a los humanos.
