Más productos en la cesta de la compra y más caros. El mercado de gran consumo experimentó en 2017 una doble alegría que le hizo crecer un 3,7%, según el informe Nielsen 360. De hecho, la aportación del precio al crecimiento se triplicó, pasando del 0,7% en 2016 al 2,1% en 2017.
La subida de precios quedó patente sobre todo en los productos frescos, que se encarecieron en conjunto un 2,8%. A pesar de ello, los españoles siguieron comprándolos, pues una tercera parte de la cesta es fruta, verdura, carne, pescado, pan o huevos. Y eso que todos ellos costaron de media más que doce meses atrás, aunque fue el pescado el que más se encareció, un 5,8%.
Precisamente, debido al encarecimiento del pescado, los españoles redujeron su compra un 5,4%. Y es que ante la perspectiva de un pescado fresco más caro, los consumidores dirigieron sus miradas a la sección de congelados.
La inflación también fue envasada, pero eso tampoco asustó al consumidor. Los precios crecieron el año pasado un 1,8% en la parte de envasados, sobre todo alimentación, productos refrigerados y bebidas. A pesar de ello, aumentaron un 1% las unidades vendidas, es decir, una cesta más llena.
Por otra parte, la evolución de la marca del distribuidor se mantuvo de nuevo estable. Un crecimiento de 0,2 décimas para una cuota del 39,2%. Y lo mismo sucede con las ventas en promoción, que representan dos de cada diez euros vendidos en el mercado de gran consumo y su peso sobre el conjunto de las ventas se mantiene sin cambios. Eso sí, son promociones más eficientes: un 32% de ellas ganan dinero, frente al 30% del año pasado.
La dos caras de la hostelería
No sólo crece el consumo en casa, la hostelería también cerró 2017 con un incremento del 5,7%, gracias a las buenas temperaturas, a la mayor confianza del consumidor y al empuje del turismo, con cifras récord. No obstante, el mayor consumo se produce en horas diurnas, y es que el consumo nocturno sigue cayendo. De hecho en la última década el número de locales se redujo en un 30%.
En general, 2017 tuvo dos caras. El primer semestre registró un crecimiento del 5,3%, con meses espectaculares como abril y junio, con incrementos de entre el 7% y el 9%. Por el contrario, el segundo semestre fue más plano, con un aumento del consumo del 1,3%. En este periodo incluso hubo algún mes como septiembre en el que la variación fue negativa. La clave fue el buen tiempo y las altas temperaturas, registros que marcaron el devenir del consumo.
Por categorías, cervezas y vinos fueron los grandes dinamizadores, con crecimientos del 6,9% y 8,8%, respectivamente. Las bebidas no alcohólicas (aguas, refrescos....) crecieron un 3,2%; mientras que los espirituosos tuvieron un año plano.
Más info.: Nielsen 360 _ 2018