¿Qué hacer cuando se tiene el poder adquisitivo equivalente al de toda una nación?
Si eres Jay Z, cogerías una caja de cereales Cap’n Crunch y te irías a dar una vuelta en tu jet privado. O gastarías una mínima parte de tu inmensa fortuna en mejorar la receta del sucedáneo de carne, como hace el cofundador de Google, Sergey Brin.
En caso de ser un nuevo rico, como Sheryl Sandberg (COO en Facebook), comprarías cajas para ampliar el juego Settlers of Catan.
Los hábitos de consumo de las grandes fortunas van desde las asombrosamente grandes inversiones hasta los caprichos relativamente más baratos.
Desde Vanity Fair nos llega la siguiente lista interactiva sobre cómo invierten su dinero las grandes fortunas del nuevo establishment.
Los hábitos de consumo van desde la tecnología punta, hasta los objetos más nostálgicos, pasando por compras que la inmensa mayoría de los mortales no podría aspirar a hacer nunca.
Así, cabe destacar por ejemplo el interés de Jack Dorsey, creador de Twitter, por las camisas blancas de Dior Hommme o la financiación que ha hecho Jeff Bezos, CEO de Amazon, para la construcción de un reloj que durará 10 mil años en una montaña de Texas, aportando 42 millones de dólares.