La emisión este domingo del programa “Stranger Pigs” de Salvados ha provocado mucho revuelo en redes sociales. Los usuarios han criticado las prácticas abusivas que el programa ha mostrado en cuanto a derechos laborales y de los animales en las granjas de cerdos españolas y han aprovechado para pedir el boicot a El Pozo, una de las marcas señaladas en el espacio de La Sexta como responsable de este tipo de prácticas.
La marca, que seguirá siendo anunciante de Atresmedia después de lo ocurrido, ha emitido un comunicado oficial en redes sociales en el que se desvincula de las imágenes mostradas en Salvados.
Desde Reason Why nos hemos puesto en contacto con varias asociaciones en defensa de los animales para conocer su opinión sobre la realidad mostrada en el programa de Jordi Évole y el estado de la industria cárnica en nuestro país.
¿Hechos aislados o tónica general?
Todas las asociaciones con las que nos hemos puesto en contacto coinciden en denunciar que el maltrato animal es la tónica general en la industria cárnica que se basa en un sistema de producción industrial.
Según Silvia Barquero, Presidenta del Partido Animalista PACMA, el sistema de producción de la industria de la carne (en general, no sólo la especializada en carne de cerdo) “es tan brutal y despiadado que hace que los productores vean como algo normal que algunos animales mueran al estar sometidos a condiciones insanas y de maltrato durante todo el proceso”. Por su parte, el Director de la Fundación Franz Weber, Leonardo Anselmi, asegura que, lejos de ser casos aislados, “el lobby ganadero hace cuanto está en su mano para evitar mejorar y cumplir las leyes de protección animal dado el gasto que supone. Hay falta de voluntad tanto por parte de los empresarios en cumplir estas normas como por parte de quien tendría que obligarles a cumplirlas”.
Todas las marcas en el punto de mira
Las asociaciones animalistas también están de acuerdo en asegurar que El Pozo no es la única marca de la industria que está en el ojo del huracán. Silvia Barquero considera que “la vida de los animales es un auténtico infierno en estas granjas de producción industrial. Se han pisoteado sus derechos para abastecer los niveles de consumo de carne actuales”.
La Presidenta de PACMA va más allá y asegura: “Lo peor es que prácticas tan brutales como amputarle los testículos a los cerdos sin anestesia o los picos a los pollos para evitar que se picoteen unos a otros están reguladas por ley”. Al hilo, desde la Fundación Franz Weber apuntan: “El problema no es de El Pozo, sino del modelo de la industria cárnica en general”. Leonardo Anselmi además pone el acento sobre la “amplia distancia que hay entre la comunicación de las empresas ganaderas y lo que hay detrás” refiriéndose al contraste entre las imágenes del Salvados “Stranger Pigs” y las de anuncios como este:
Buscando responsabilidades
“La administración debería estar haciendo el trabajo de los activistas que se infiltran en las granjas. Sin embargo, no está vigilando lo que ocurre en ellas y cuando lo hace es con la connivencia de los propietarios, lo que provoca que la situación se perpetúe”, aseguran desde PACMA. Y, en este sentido, Silvia Barquero sugiere que se “empiece a cumplir la normativa y que los veterinarios intervengan en situaciones de riesgo para evitar que los animales sufran”. Mirando hacia la responsabilidad de las propias marcas de la industria, Leonardo Anselmi asegura que no le sorprendió el comunicado oficial de El Pozo: “Ya sabemos cómo se las juega el lobby ganadero. Ha sido un comunicado hipócrita, falto de rigor y perfectamente estudiado para referirse al caso como un hecho aislado cuando se ha demostrado que tienen un descontrol absoluto sobre el proceso de producción”.
¿Boicot sí o no?
Sobre las peticiones de boicot a El Pozo, los defensores de los derechos de los animales hablan de la necesidad de cambiar el modelo agroalimentario para hacerlo más sostenible: “No creo que El Pozo sea peor que otras marcas” asegura el Director de la Fundación Franz Weber que además propone “repensar el modelo agroalimentario en términos globales. La única revolución real es la que hace cada persona decidiendo qué va a poner en su plato”.
Un argumento que respalda la Presidenta de PACMA: “Así como la administración tiene su parte de responsabilidad, somos los consumidores los que tenemos en nuestra mano cambiar la situación de los animales. Somos nosotros quienes decidimos si formamos parte o no de esa cadena de producción. El auténtico boicot no es a El Pozo, sino que es tomar la decisión de evitar los productos derivados de la explotación animal”.
El sector se defiende
Frente a las críticas y el debate abierto, la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca, Interporc, ha cargado contra Jordi Évole y su programa acusándole de dañar la imagen del sector. Interporc defiende que la industria cumple con la legislación "más exigente del mundo en bienestar animal y seguridad alimentaria” y lamenta que el espacio de La Sexta haya puesto en duda la labor de más de 80.000 granjas y 300.000 ganaderos y profesionales del sector porcino.
Además, Interporc recuerda que el sector porcino es motor económico de España y generador de empleo en miles de pequeños núcleos urbanos de nuestro país con una facturación anual de unos 15.000 millones de euros.
Agricultura sostenible
Y frente al modelo de producción industrial criticado en Salvados, nacen iniciativas como Green Pig, una fraquicia productora y comercializadora de los productos del suroeste de la Península Ibérica que defiende un modelo de agricultura sostenible con productos naturales.
“Mientras que la industria agroalimentaria evoluciona para maximizar la producción y los beneficios, nosotros nos asociamos con pequeños agricultores y ganaderos que buscan más la calidad y la responsabilidad social. Apoyamos la agricultura sostenible porque sabemos que los animales criados al aire libre en extensivo son más felices y están más sanos que aquellos criados confinados en espacios enjaulados", apunta Sole Ortega, Jefa Ejecutiva de Green Pig.