El cerebro es un órgano complejo. Con 100.000 millones de neuronas y un 1,5 kg de peso, gobierna nuestro cuerpo y emociones. En el cerebro se hallan las capacidades, conocimientos, recuerdos, sentimientos… por lo que se hace imprescindible ejercitar la mente a cualquier edad.
Por ello ha nacido en Madrid Liceum - Gimnasios de la mente como el primer espacio para que niños, jóvenes, adultos y mayores entrenen el cerebro. Y es que un cerebro activo consigue reducir el porcentaje de probabilidad de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o de desarrollar alguna demencia.
Además, el ejercicio del cerebro es una de las herramientas más eficaces para el control del estrés, una de las enfermedades más comunes a nivel mundial.
Para conocer más acerca de las matemáticas recreativas, la academia de memoria, el desarrollo de inteligencias múltiples o la escritura creativa, hablamos con Pedro López, Director de Liceum.
P. ¿Qué es Liceum y cómo nace esta idea de crear un gimnasio de la mente?
R. Un amigo y yo que somos dos aficionados al ajedrez empezamos a leer sobre los beneficios de este juego para personas de cualquier edad. El ajedrez y bailar son las dos actividades que más frenan el deterioro cognitivo. Además yo soy maestro así que he trabajado mucho con niños autistas, TDH… para la mejora de su concentración y atención, y he comprobado que el ajedrez funciona de maravilla con ellos.
Por otro lado, conocimos a Leontxo García, periodista especializado en ajedrez, que publicó un libro sobre ajedrez y ciencia en el que recopila todos los estudios que hay sobre los beneficios de este juego.
A partir de ahí, empezamos a pensar en la idea de montar un centro de ajedrez para que la gente pudiera experimentar los beneficios de aprenderlo y jugarlo. Pero yo quería que fuera más un espacio de socialización que un mero club de ajedrez de frikis (¡con perdón!). Y así fue como añadimos otras actividades como el teatro, la escritura creativa, las matemáticas… En definitiva, que podamos trabajar con la teoría de las inteligencias múltiples, sobe todo con los más pequeños.
P. Ya que mencionas las matemáticas, esa asignatura odiada por muchos en el colegio, ¿cómo las vendéis aquí para que la gente vea que son buenas?
Son buenas ¡y muy divertidas! Nosotros lo hacemos al revés que los colegios, donde te plantan una ley, teorema o explicación abstracta y luego te ponen problemas para que apliques eso. En nuestro caso, experimentamos con las matemáticas a través de objetos cotidianos: espejos, cuerdas, palillos, hilos, sillas… Vamos buscando las matemáticas en ellos. Por ejemplo, para explicar el Teorema de Pitágoras hacemos 12 nudos en una cuerda a la misma distancia y si los colocas en 3 nudos, 4 y 5, te sale un ángulo recto perfecto.
Se trata de vivir las matemáticas, tocarlas, manipularlas y a partir de ahí sacar conclusiones. Así es como te das cuenta de que realmente son apasionantes.
P. Una de las eternas preguntas en nuestro sector es la de “cómo ser mejor creativo”. Con el entrenamiento que proponéis en Liceum, ¿una persona realmente puede llegar a tener mejores ideas?
Por supuesto, la creatividad es algo que se puede desarrollar. Liceum es un centro de desarrollo de las capacidades cognitivas, de las inteligencias múltiples y de fomento de la creatividad. Porque el pensamiento lateral o divergente sí se puede entrenar.
P. ¿Hay algún hábito que se pueda introducir en el día a día para ser más creativo?
Los ajedrecistas comemos mucho plátano, chocolate y nueces ;-)
Luego cada uno tiene sus manías para ser más creativo, pero yo recomiendo tumbarse apoyando un pie en el suelo. Siempre digo que se ve muy bien la vida horizontalmente… Vivimos constantemente en vertical y a veces con solo ponernos en horizontal ya nos cambia la perspectiva.
Otra cosa muy importante, aunque pueda parecer una obviedad, es escuchar a todo el mundo. A mí algunos de los consejos más valiosos para este proyecto me los ha dado mi hermano pequeño tomando un ColaCao de manera espontánea. O incluso mi abuela.
P. Sois un espacio intergeneracional pero, ¿tenéis un perfil tipo de persona a la que os dirigís?
Nos dirigimos a todo el mundo. El único target que se nos queda un poco fuera es el de los adolescentes, porque es más complicado luchar contra sus hábitos tecnológicos y de consumo de videojuegos. Pero para el resto tenemos actividades equilibradas para todos. Por las mañanas, evidentemente, vienen más personas mayores que tienen tiempo. Pero por las tardes vienen niños, adultos, familias… Nuestro objetivo es que venga todo el mundo.
P. ¿Qué os pide la gente cuando viene aquí, qué buscan?
A partir de los 50 años quieren entrenamiento mental, memoria. La gente es muy consciente de que el estrés les produce incapacidad para concentrarse y pérdidas de memoria.
Las personas más mayores lo que quieren es estar activos y todos hacen la analogía con el cuerpo: si camino todos los días una hora o voy a jugar a la petanca, ¿por qué no voy a entrenar el cerebro? Creo que la gente se está concienciando cada vez más y aquí además de entrenar pueden hacerlo de manera social. Porque hacer amigos también contribuye a que las neuronas no se mueran, socializar es saludable.
Y también vienen muchas familias que están quemadas con el sistema educativo español, tanto público como privado.
P. Hablemos de eso, ¿por qué crees que todo esto no se enseña en las aulas de los colegios?
Yo tenía plaza fija en un colegio y lo dejé, así que somos muchos los que estamos quemados, y los maestros somos las principales víctimas. La educación ahora mismo es un desastre porque tiende hacia más contenidos, más evaluaciones… puntuando al alumno por resultados y no por procesos.
Se está deshumanizando la escuela. Antes el maestro enseñaba dando paseos por el pueblo, de una manera más romántica y artesanal. Como comentaba antes con lo de las matemáticas, se vivía primero y luego se extraían las conclusiones. En España tendemos a lo contrario.
P. ¿Cómo afectan las nuevas tecnologías a nuestro cerebro?
De manera negativa. La tecnología es buena, pero el problema es que nos conduce a hacer actividades rutinarias. Yo a veces contesto WhatsApp y luego pienso en lo que he dicho y no me acuerdo… Las rutinas destruyen nuestras neuronas y la tecnología tiene ese punto de rutinaria y adictiva. Nosotros aquí apostamos por lo analógico, porque viene mucha gente pidiéndonos hacer cosas que no tengan nada que ver con la tecnología.
Y es que yo creo que las tecnologías nos deshumanizan un poco. Las redes sociales están muy bien para mantenernos en contacto, pero no debemos dejar que las relaciones humanas físicas se pierdan. Tenemos que sonreírnos y darnos los buenos días.
Por otro lado, el uso de la tecnología en la escuela no me parece positivo. Ahora se dan clases con tablets, lo cual hace que la brecha tecnológica llegue a la escuela porque no todo el mundo tiene el mismo poder adquisitivo para hacerse con uno de estos dispositivos. Y además el ser humano es un animal manipulativo: hacerlo todo con un dedo en una tablet no es propio de nuestra especie.
P. ¿Qué iniciativas lleváis a cabo para combatir enfermedades como el Alzheimer?
Estamos muy concienciados. El sábado 22 tendremos una charla a la que puede venir todo el que quiera. La van a dar nuestras dos neuropsicólogas y se llama “Mente sana, mente activa”. Ellas van a explicar qué es el deterioro cognitivo y van a explicar la plasticidad neuronal. Porque el cerebro sigue siendo ese gran desconocido, pero la neurociencia ha avanzado muchísimo y está más que demostrado que el entrenamiento cerebral contribuye a frenar el deterioro cognitivo, porque seguir aprendiendo hace que vivamos más años. Así que vamos a transmitir este mensaje a todo el que venga y que esté preocupado por el envejecimiento del cerebro.
P. Lo que hacéis aquí ¿puede ayudar a que una persona sea más productiva en su trabajo?
Nuestro eje principal es la resolución de conflictos. Por ejemplo, cada posición en el ajedrez es un problema que resolver y con las matemáticas ocurre igual. Nosotros ofrecemos herramientas de organización para que luego cada uno las aplique en su día a día, a la hora de estudiar o trabajar.
Y no olvidemos que somos más eficientes cuando mejoramos nuestras capacidades de atención y concentración.