El anuncio de Tim Cook sobre su homosexualidad ha suscitado multitud de reacciones. Las más radicales han llegado desde Rusia. Y es que tras conocerse la noticia de que el CEO de Apple es gay, el parlamentario Vitaly Milonov pidió públicamente que se le prohibiese su entrada al país. 

Una censura que los empresarios rusos llevaron más lejos, hasta retirar el memorial a Steve Jobs por vulnerar la ley contra la propaganda homosexual. ZEFS, el grupo empresarial que financió el proyecto, aprobó la decisión alegando que el manifiesto de Cook fue una “defensa pública de la sodomía”. Además de ampararse en la Ley Federal, su presidente se escudó en el tratamiento de datos que lleva a cabo el gigante de la manzana. 

“Apple trata la información de manera increíblemente cínica y no es nuevo que los servicios secretos estadounidenses son muy hostiles con los rusos”. En estos términos se expresó Maxim Dolgopolov, presidente de ZEFS. 

Esta semana el iPhone gigante que, desde 2013, presidía el patio de la Universidad de San Petersburgo, ha cedido a la censura y ha sido retirado.

Esta no es la única cruzada que el Kremlin ha llevado a cabo contra las multinacionales americanas. Hace tan sólo unas semanas el gobierno de Moscú cerró nueve restaurantes de McDonalds’s como respuesta al bloqueo internacional derivado de la crisis de Ucrania.