Ya podemos imprimir en 3D lo que nos salga de... la mente

Si ya no nos podíamos creer lo de las impresoras 3D, que pueden crear objetos a partir de planos de ordenador, con esto vamos a flipar, pero de verdad. Ahora se puede hacer lo mismo, pero utilizando la mente. 

Lo de las impresoras 3D ha sido el bombazo supremo de los últimos meses. Tener un dispositivo en casa que nos ‘fabrique’ lo que queramos solo con tener el diseño en nuestro ordenador, es una pasada.

 

De hecho, a algunos se les ha ido la pinza más de la cuenta y han impreso su propia pistola 3D. Y bastante barata, por cierto.

 

Pero lo de ahora va un paso más allá. En Thinker Thing, han conseguido que cualquier persona, aunque no tenga ni idea del software que se necesita para hacer funcionar la impresora, pueda imprimir el objeto que quiera en tres dimensiones. Solo con pensarlo.

 

Para ello cuentan con un sistema que ‘lee la mente’, literalmente. La idea no surgió para proyectos de arquitectura, ni para obras artísticas. Ni siquiera para crear armas.


Se creó para algo mucho más inocente. 

 

De pequeños todos hemos jugado con muñequitos de acción durante horas. Nunca nos cansábamos. En Thinker Thing se han propuesto que cualquier niño pueda crear su propio juguete, solo con imaginar cómo sería. El juguete perfecto y creado por uno mismo. ¿Qué más se puede pedir?

 

Mirad el primer objeto que crearon con este sistema:

 

 

Vale, está claro que no es la octava maravilla. Pero, ¿y si os digo que está creado a partir de una interpretación de los impulsos eléctricos de nuestra mente? Eso ya es otra cosa, ¿no?

 

 

¿PERO CÓMO QUE CON LA MENTE?

 

Sí. Solo con nuestro cerebro

 

El funcionamiento se basa en presentar al programa un ‘ADN base’ con el cual iremos dando forma a nuestra creación. Como si fuese un bloque de plastilina al que tenemos que ir dando forma. 

 

El programa nos va ofreciendo diferentes alternativas y con los impulsos de nuestra mente vamos eligiendo una y otra, perfeccionándolas y adaptándolas a lo que queremos.

 

 

Todo esto ha sido financiado por el programa Start-Up Chile, y la idea es llevar el sistema a los colegios, para que los chavales creen sus propios ‘monstruos’. 


¡A saber lo que puede llegar a salir de la mente de un niño!