"Los equipos son muy productivos cuando la gente comparte un sentido de identidad separado de lo que representa la organización por sí misma". Así lo cree Vincent D. O’Connell, co-autor del libro ‘9 Powerful Practices of Really Great Teams’ (9 prácticas poderosas de los equipos realmente buenos).
No debemos pensar en un equipo como un conjunto a secas. Sino en el equipo como la suma de una serie de personalidades, necesidades y motivaciones diferentes. Así es como tendremos más opciones de ser efectivos en conjunto.
¿Que cómo se consigue que el grupo tenga una personalidad como tal? O’Connell da algunos buenos consejos:
1. Darle un nombre al equipo: tampoco hace falta romperse mucho la cabeza. La idea es que sea un nombre que describa bien lo que hace el grupo. Claro que podéis usar “El equipo A”, ¿por qué no? Lo único que importa es que tenga un nombre real que le dé una identidad común a los integrantes.
2. Darle una misión al equipo: se trata de saber por qué estamos donde estamos y cuál es la misión del grupo. Es bueno que, a modo de credo, esto se escriba y se reparta entre todos los integrantes para que asuman cuál es su verdadera misión en todo momento. ¿Ejemplos?: “Como equipo creemos que cuando alguien está hablando, todos deberíamos escuchar atentamente” o “Creemos que cada reunión debe tener una agenda que todos conozcamos de forma previa”.
3. Hacer una auto-evaluación: una parecida a la que haría cada integrante del equipo para sí mismo, solo que para el grupo. ¿En qué somos buenos? ¿En qué fallamos? ¿En qué necesita el grupo ayuda? ¿Qué estamos haciendo para asegurarnos de que somos tan buenos como creemos? Como complemento, hay que asegurarse de que cada miembro del grupo tiene un rol asociado en el que se defiende bien. La mejor forma de que la confianza general aumente es asociando roles a las personas con los que se sientan cómodas y no haya nadie que tenga un sentimiento de ser “el segundo plato”.
4. Desarrollar empatía y saber escuchar: parece sencillo pero pocas personas, y mucho menos equipos, consiguen ser eficaces en esto... Es muy importante que durante una reunión o un brainstorming se sepa prestar atención a lo que dicen los demás. Einstein decía que “resolver un problema es 90% comprensión y 10% encontrar una solución”.
*CONCLUSIÓN: los mejores equipos se toman su tiempo para alcanzar soluciones e ideas más que acelerarse por tomar una decisión que implique llegar a la acción de forma precipitada. “Uno no debe tomar decisiones hasta que conozca la historia al completo”, dice O’Connell. ¿Estáis de acuerdo?