Las Powerwall, baterías con las que Tesla busca entrar en el mercado doméstico, están causando sensación. Y es que la perspectiva de poder reducir la dependencia de la red eléctrica convencional y poder así ahorrar dinero en la factura a final de mes ha llamado la atención de unos 38.000 consumidores, que ya han reservado una Tesla Powerwall en la última semana.
Estas baterías, que funcionan como una acumulador de energía, empezarán a entregarse en 2016. Fecha que no ha frenado a los early-adopters a la hora de querer probar esta nueva tecnología.
Cada casa puede instalar hasta nueve de estas baterías, sumando una capacidad total de 90 kWh. La Powerwall de 7 KWh cuesta unos 3.000 dólares, 3.500 en el caso de la de 10 kWh.
Si tenemos en cuenta que el consumo medio de una casa ronda los 30/35 kWh, las Powerball permitirían independencia de la red eléctrica hasta tres días. Aunque la Tesla Powerwall depende de una fuente de energía externa, por lo que el usuario tendría que producir toda esa cantidad de electricidad por su cuenta si quiere ser autosuficiente.
Es decir, los bloques de casas o entornos urbanos en los que sea complicado instalar decenas de paneles solares por vivienda, se quedan fuera de esta tecnología. Porque de hacerlo, lo único que conseguirían sería acumular la luz que ya han “comprado” previamente a la red convencional para usarla en otro momento.
Por otro lado, las Tesla Powerwall se enfrentarán a otra barrera cuando traten de implantarse en España: la regulación sobre energías renovables y autoconsumo. Y es que el Gobierno de Mariano Rajoy está ultimando un Real Decreto por el que cobrará un peaje de respaldo a todas las viviendas que produzcan su propia electricidad.
Eso sí, las horas de exposición solar en países como España hacen del nuestro un mercado clave para la penetración de la Tesla Powerwall.